Miguel Polo Polo es un congresista que se hizo elegir por la comunidad afrodescendiente, y tiene una demanda ante el Consejo de Estado por pérdida de investidura porque, dice la demandante, que él no representa a esa comunidad, sino que hace parte de la comunidad indígena Isla Gallinazo. Mejor dicho, qué él se había autodefinido como “indígena”. No tiene realmente ninguna trayectoria política, su única trayectoria ha sido la de realizar contenidos como “influenciador” de derecha; de hecho, es un uribista cerrado y trancado por dentro. No ilustra en nada, sino que es especialista en destilar odio y veneno sobre la izquierda de este país.
Prácticamente se opone a toda propuesta que provenga del Gobierno, sin ton y sin razón. La última, fue que se opuso a la creación del Ministerio de la Igualdad y Equidad porque, según él, nadie se muere por desigualdad, sino por la pobreza; que la desigualdad es distinta a la pobreza. Claro, en sí mismo un ministerio o una ley no soluciona nada, sino que sirve, según el objetivo que se proponga, para articular las políticas en un tema particular. Pero el punto es lo que dijo ese congresista: la desigualdad es distinta a la pobreza, la gente se muere por lo segundo y no por lo primero. Sin embargo, la realidad social indica que la desigualdad y la pobreza van de la mano, y desmienten al congresista.
El mismo informe sobre Desigualdad Global 2022, dice que la mitad más pobre, mundialmente, posee el 2% de la riqueza y el 10% más rico tiene el 76% de esa riqueza; es decir, queda en evidencia la relación desigual entre ricos y pobres, y eso genera que sea, por supuesto, la población en condiciones desiguales la que se muera por hambre o por enfermedades. Millones de personas que se mueren por hambre en África, y otras regiones, se muere por esa relación desigualdad de ingresos, que no le permite siquiera alimentarse con lo básico.
Colombia no se salva de esto, es el segundo más desigual en América Latina y eso, por supuesto, genera condiciones de pobreza monetaria, de acceso a condiciones dignas de alimentos y salud críticos; tan críticos, que en este año casi doscientos niños han muerto por desnutrición. La misma encuesta Pulso Social DANE, evidenció que hay un poco de más de siete millones de personas que viven con 145.000 pesos al mes. En fin. La desigualdad genera pobreza y muertes. Lo que sí es seguro, es que nadie se muere por ignorancia. Miguel Polo Polo puede estar tranquilo.