La Nación
Neiva, la ciudad con más desempleo en el país 1 29 marzo, 2024
ECONOMÍA

Neiva, la ciudad con más desempleo en el país

La pandemia ‘desnudó’ la frágil economía de la capital del Huila; el deterioro del empleo llegó hasta su punto más alto de la historia, y economistas advierten que lo peor está por venir. 

huila@lanacion.com.co

Neiva es la ciudad con más desocupados en Colombia y donde más se deterioró el mercado laboral para el trimestre móvil febrero – abril.

La capital del Huila tuvo un incremento de 13,3 puntos porcentuales (p.p.) frente al mismo periodo del año anterior (12,5%); la tasa de desempleo llegó a 25,8% y es la más alta del país, según informó el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).

Detalla la entidad que el porcentaje de desempleo es mayor en mujeres que en hombres; el 23,7% de desocupados es población masculina mientras que el 28,4% femenina.

Para enero el desempleo en Neiva fue 15,2% y se ubicó en séptimo lugar; febrero 16,7% y se ubicó en sexto lugar; marzo 17,9% y se ubicó en séptimo lugar; y en abril 25,8% y se ubicó como la ciudad con más personas que perdieron su fuente de ingresos en Colombia. Además, durante todo el año la capital del Huila ha venido presentando las tasas más altas en pérdida de empleos en todo el territorio nacional.

Para el trimestre móvil enero – marzo el desempleo en Neiva fue 17,9%, equivalente a 28.000 personas cesantes, mientras 114.000 estaban inactivas y 131.000 estaban ocupados.

Para el trimestre móvil febrero- abril comparado con el mismo periodo del año anterior, ninguna ciudad en Colombia redujo el desempleo; en todas las 23 ciudades hubo tasas mayores a un dígito. Y Neiva, pasó de tener 150.000 ocupados a 117.000.

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Entre febrero y abril del 2020, la tasa de desempleo para las cabeceras fue 16,1%, lo que significó un aumento de 4,1 puntos porcentuales.

El peor de la historia

Colombia pasó de tener 2.524.000 personas desempleadas en abril 2019 a 4.083.000 en abril 2020. Así, la tasa a nivel nacional se ubicó en 19,8%, lo que significó un aumento de 9,5 puntos porcentuales frente al mismo mes del año pasado (10,3%), y es la más alta desde el año 2001, cuando el Dane comenzó a hacer la medición del mercado laboral mediante encuestas de hogares.

Para este mes el total de ocupados se redujo casi una cuarta parte, el país pasó de tener 21,9 millones de personas laborando a 16,5 millones lo cual significa una reducción de 5,4 millones.

“Tenemos un incremento del 61,8% de la población desocupada en todo el país, y casi dos terceras parte de ese incremento se concentran en 13 ciudades y áreas metropolitanas”, subrayó Juan Daniel Oviedo, director del Dane.

También indicó que los resultados obedecen a las medidas de confinamiento decretadas por parte del Gobierno Nacional para hacerle frente a la pandemia de coronavirus (covid-19).

Balance

De acuerdo con la entidad estadística, para el trimestre móvil febrero –abril la tasa de desempleo nacional pasó de 11,9% en 2019 a 14,6% en el mismo periodo del 2020.

Neiva fue la ciudad con mayor desocupados (25,8%), seguida de Ibagué (25,1%) y Armenia (24,1%).  De otro lado, las tasas más bajas las reportaron respectivamente Cartagena (11,7%) Barranquilla (12,1%) y Bucaramanga (14,0%).

Recordó el Director del Dane que Cartagena había venido presentando cifras de un dígito, por lo cual también sufrió un incremento significativo.

Así, la tasa global de participación se contrajo 5,0 puntos porcentuales, pasando 63,1% en 2019 a  58,1% en 2020.

Las mujeres afrontan mayores retos al momento de conseguir empleo que los hombres, de acuerdo con el Dane el desempleo en los hombres fue menor en 6,5 puntos porcentuales respecto a la de las mujeres.

Durante lo corrido del año, enero – abril, la tasa de desempleo se ubicó en 14,2%, y se han perdido en promedio 1,8 millones de empleos.

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La tasa de desempleo nacional desestacionalizada pasó de 10,6 puntos porcentuales (p.p.) en enero del 2020 a 10,8 p.p. en febrero, 12,2 p.p. en marzo, y 19,9 p.p. en abril.

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¿Por qué Neiva con el peor desempeño?

De acuerdo con el economista Germán Palomo, la composición de la economía neivana facilita los resultados negativos; juegan un papel fundamental la informalidad, que supera el 50%, y  el no estar laborando a plenitud el sector comercio, bares y restaurantes, turismo y la construcción; esta última reactivó labores desde mayo.

“Se paralizaron y eso repercute en el recorte tremendo del empleo”, señaló.

Sostuvo que históricamente la tasa de desempleo en Neiva ha sido mayor en tres o cuatro puntos porcentuales frente a la media nacional, de modo que “no es extraño, se veía venir tanto a nivel nacional como local”.

Indicó que para superar el trago amargo de la crisis económica, Neiva debe apostarle a la agroindustria, toda vez que “el valor agregado no se ha dado todavía. Tenemos una economía muy frágil y pagamos un costo alto del impacto de la pandemia”, subrayó el economista.

Recordó que lo peor está por venir pues al cierre del 2020 el país podría estar teniendo una tasa de desempleo entre el 23% y 25%, y en ese sentido Neiva podría estar cercana al 30%.

“En este segundo trimestre también tendremos los efectos o un impacto directo de la pandemia, no esperemos en consecuencia resultados positivos, y no solamente en el desempleo, sino colateralmente en la producción, el Producto Interno Bruto (PIB) del Huila también se alejará bastante del PIB nacional, y ese a su vez caerá, según proyecciones, en más de 6%”.

Finalmente, también destacó que el empleo en Huila, por ser una economía más agropecuaria, posiblemente tendrá un notable y buen comportamiento, en tanto este sector no se ha detenido por cuenta del covid-19.

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“La pandemia nos arruinó la vida”

Una empleada formal y uno informal narran los momentos más complejos por los que han pasado en su ámbito laboral, Daniela Rojas Ávila y José Ortíz  reflejan parte de la incertidumbre que están padeciendo millones de desempleados en Colombia.

Daniela, profesional en mercadeo y publicidad   

“Después de una ardua búsqueda logré conseguir empleo, firmé contrato el 12 de febrero, estaba feliz porque realmente era lo que estaba buscando, por lo que me había venido desde Bogotá, todo iba ‘viento en popa’ hasta la llegada del coronavirus”.

Daniela Rojas Ávila trabajaba para el sector de entretenimiento, uno de los primeros en cerrar puertas y de los últimos que reanudarán labores, contó que por cuenta de la pandemia la empresa para que laboraba vio afectados sus ingresos económicos en todas las ciudades en las que tenía sede.

Antes de quedar cesante, “la zozobra era cada día peor, yo sabía que era la única que estaba por temporal y era la nueva, así que ya intuía lo que pasaría y trataba de controlarme aunque entré en depresión; estaba recién llegada, tuve que arrendar un casa y tengo una serie de compromisos financieros…”.

Cumplió exactamente un mes de estar laborando y luego quedó cesante. “Una de las cosas que más me preocupa es la artritis, yo no puedo quedarme sin seguro médico”, dijo.

Luego de escuchar el anuncio por parte del Gobierno Nacional acerca del seguro para el desempleo, comenzó a ‘escavar’ en todos los medios y portales en busca de mayor información, avivó la esperanza de quedar favorecida, sin embargo el Gobierno también advirtió que los recursos eran limitados.

“Comfamiliar emitió un comunicado diciendo que, por el momento no tenían recursos, pero que luego estarían girando. El siete de mayo recibí el primer giro, eso fue una gran ayuda, pero desde luego no alcanza. La dueña de la casa vive en Bogotá y con lo del arriendo ella también debe pagar el suyo por lo que la situación es muy compleja”.

Ha presentado hojas de vida para diferentes vacantes, incluso suprimiendo su pregrado, pero aún no logra conseguir empleo.

José Ortiz, vendedor informal

“A todos los vendedores informales nos sacaron de las calles el 17 de marzo y a la fecha solo hemos recibido una ayuda, de unos mercados, que no llegó a todos. En mi caso personal me he sostenido con ahorros, solidaridad de mi familia y amigos, porque ningún banco nos va a prestar, vivimos es de donaciones”.

José Ortiz tiene 55 años de edad y trabajaba en el microcentro de Neiva, ha laborado en unos pequeños módulos desde hace más de 30 años.

“Yo no tengo sino el bachillerato y con eso a uno no le dan empleo, además he estado trabajando en esto toda mi vida, no sé hacer más y es muy difícil cambiar de rumbo a esta edad”, dijo.

Contó que en su contexto muchas otras personas son adultos mayores, pero no han logrado laborar por las determinaciones que ha tomado el Gobierno Nacional.

“Son casos que a uno le duelen porque aunque sea uno se rebusca con la familia pero hay personas que están solas, o que su familia también trabajaba de ambulante”.