Por orden del Presidente de la Real Audiencia de Santa Fe, don Juan de Borja, el capitán Diego de Ospina y Medinilla cumplió con el encargo de fundar la Limpia Concepción del Valle de Neiva Por orden del Presidente de la Real Audiencia de Santa Fe, don Juan de Borja, el capitán Diego de Ospina y Medinilla cumplió con el encargo de fundar la Limpia Concepción del Valle de Neiva, el 24 de mayo de 1612, lo cual realizó con el ritual y la pompa propias de los conquistadores y de lleno se dedicó al cumplimiento de su oficio como Gobernador y Alguacil Mayor en el extenso territorio que comprendía la nueva jurisdicción. Con innumerables eventos, se acaban de conmemorar los cuatrocientos años de su fundación y hacemos comparaciones. En los últimos tiempos hemos observado que la ciudad ha crecido a un ritmo vertiginoso y con él sus problemas, pero tiene derecho a ser regida por mentes abiertas, expertas y de verdadero espíritu empresarial, que la proyecten y la coloquen en el sitio de privilegio que le debe corresponder en este nuevo milenio, por su ubicación geográfica, por sus recursos naturales, por su capital humano y por otros merecimientos. En los últimos años han llegado las supertiendas, los centros y plazas comerciales, tiene un moderno terminal de transporte terrestre, se está reformando y modernizando el aeropuerto, vienen nuevas industrias, bancos y entidades financieras. También cuenta con subsedes de importantes universidades y las propias se amplían y modernizan. La normatividad establece que al municipio le corresponde prestar los servicios públicos, construír las obras que demande el progreso local, ordenar el desarrollo de su territorio, promover la participación comunitaria, el mejoramiento social y cultural de sus habitantes y cumplir las demás funciones que le asignen la Constitución y las leyes. Igualmente dispone que en cada municipio habrá un alcalde, jefe de la administración local y representante legal del municipio, que será elegido para períodos de cuatro años, no reelegible para el período siguiente. Por sus objetivos como administrador y por sus funciones, el alcalde debe actuar como gerente del bien común, que debe estar cerca de sus gobernados y que planee, organice, dirija y controle el desarrollo de la localidad bajo su mando y consiga realizar el bien común en beneficio de todos los habitantes de su jurisdicción. Al alcalde Pedro Hernán Suárez, le corresponde acelerar los cambios, dado que es un profesional preparado, con experiencia en la administración pública y con amplia visión futurista. En estos frentes lo hemos visto moverse, continuando con el empeño de anteriores burgomaestres neivanos.