Conforme se acercan las elecciones en las que se elegirá al próximo Presidente y Vicepresidente de la República para los próximos cuatros años, crece el fervor popular. Las giras de los aspirantes por el país, los debates por televisión y redes sociales y hasta la publicación periódica de las encuestas motivan esa tensión. Es natural. En una democracia está permitido el disenso y es normal que ciudadanos tomen partido y expresen abiertamente su simpatía por algún candidato.
Lo que no está bien, sin embargo, es que las muestras de simpatía por los candidatos en contienda, se conviertan en mensajes dirigidos a promover el odio, los ataques, la intolerancia y las noticias falsas o ‘fake news’.
En las pasadas elecciones, advertimos de esta peligrosa práctica y, lamentablemente, estamos de nuevo ante ella, a mes y medio de la primera vuelta de las elecciones presidenciales. En el caso del Huila, ya empiezan a abundar en las redes sociales los mensajes y comentarios destinados a incentivar los ataques y el fuego de la intolerancia. Y es sorprendente que estos comentarios salgan de las cuentas de Facebook, Twitter y otras redes sociales de algunos periodistas de la región. Sus publicaciones no invitan a la reflexión sino a la polarización. Sin asomo de vergüenza, estos comunicadores están es promoviendo la opacidad, la tergiversación y la desinformación en medio de un debate electoral.
Desde esta tribuna, hacemos un llamado a que los huilenses no caigan en la trampa del ataque verbal, de los comentarios ofensivos, de las noticias falsas o del odio visceral para buscar imponer su favoritismo por alguna fórmula presidencial. Eso no le hace bien a un país como el nuestro que está hastiado de la violencia.
Los huilenses deben más bien dirigir sus esfuerzos a exigir a los candidatos presidenciales más propuestas e ideas.