No le hace bien a la Universidad Surcolombiana los escándalos alrededor de la consulta para elegir rector en propiedad. El más reciente protagonizado por Nidia Guzmán, una de las ternadas, es vergonzoso.
Aunque ella y sus seguidores han querido minimizar el incidente de la cámara encendida mientras se aprestaba a dar una clase virtual, el acto la deja mal parada no sólo como docente sino como candidata.
Acaso, ¿Quién es Camilo ‘el tóxico’? ¿Quién es Rodrigo y Flora? Son apenas dos preguntas que si se resuelven bajo un contexto, revelan las triquiñuelas que se han armado para torpedear o influenciar las elecciones en la Usco. Por un lado, ha quedado en evidencia de donde proviene la ‘avalancha’ de tutelas para frenar la jornada electoral, y por el otro, los políticos que estarían influenciando –o manipulando—la jornada.
No es justo que se atente así contra una Universidad como la Surcolombiana, que goza de un alto prestigio y es el referente en materia académica en la región. Y más si proviene de alguien que todo el tiempo está ventilando que “ama” a la Usco y que “conoce como la palma de su mano” a una institución de la cual ha sido docente por muchos años.
La Universidad Surcolombiana no puede estar sometida a los intereses de los gobernantes o políticos de turno y hacen muy mal los candidatos que acuden a ellos. Todos saben bien de sobra que esos favores no son gratuitos. Los políticos no ‘apadrinan’ a alguien sin un interés de por medio.
Es inadmisible además que la Justicia sea ‘utilizada’ para saciar caprichos personales y entorpecer un proceso electoral.
La Universidad Surcolombiana no puede seguir siendo el centro de escándalos, o convertirse en el hazmerreír de la educación pública por cuenta de unos ‘tóxicos’. Los huilenses esperan de esta casa de estudios más investigación, más innovación, más contribución al desarrollo regional.
Ojalá, estudiantes, docentes y egresados tomen conciencia.
“La Universidad Surcolombiana no puede seguir siendo el centro de escándalos, o convertirse en el hazmerreír de la educación pública por cuenta de unos ‘tóxicos’”