La Nación
No lo renunciaron, increíble 1 20 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

No lo renunciaron, increíble

Cecilia López Montaño

 

Por fin renunció Fernando Sanclemente, embajador de Colombia en Uruguay, y le tocó hacerlo simplemente porque era inevitable, la Fiscalía General de la Nación lo vinculó a la investigación sobre el laboratorio de cocaína hallado en la finca de su propiedad en Guasca, Cundinamarca. Es decir, en las puertas de Bogotá y más o menos en las narices de la Cancillería. Primero, es una verdadera vergüenza que quien es el representante plenipotenciario del presidente de la República, en este caso en Uruguay, haya permanecido en ese cargo tanto tiempo desde que se conoció la noticia dejando al país y al presidente en una posición vergonzosa en un país amigo.  Segundo, donde está la Cancillería que se quedó inmovilizada ante semejante escándalo internacional que deja a Colombia como un país manejado por narcos. Así de claro. Tercero, que le pasó a la presidencia que no llamó a dar explicaciones a su Canciller y le exigió que actuara en consecuencia.

La pregunta que los colombianos nos hacemos para no mencionar al mismo gobierno de Uruguay que se debió sentir muy incómodo con semejante embajador, es cual fue la razón para que no lo destituyeran de inmediato. Sin temor a equivocarnos se puede afirmar que fueron razones de amiguismos, de relaciones personales, de supuesta lealtad con el uribismo lo que frenó a las distintas instancias del gobierno que han debido actuar. Uno de los capítulos más vergonzoso que pasarán a la página negra de esta administración es la forma como se ha escogido al Cuerpo Diplomático que ha terminado lleno de personas sin las calificaciones que deben tener los que nos representan en distintos lugares del mundo.

“Es mi deber en aras de proteger y garantizar el bien suyo y de su gobierno, presentar a su consideración mi carta de renuncia a partir de la fecha”, es la nota que ha debido presentar el ahora ex embajador cuando se conoció la noticia. Mejor aún, nunca ha debido aceptar si siguiera de cerca lo que sucede con sus bienes que además en este caso no se trata de una finca en los extramuros sino realmente muy cerca de la capital del país.

Como lección para la Cancillería y para la presidencia de la República, es absolutamente inaceptable que un funcionario diplomático de ese nivel pida una licencia para defenderse y peor aún que estas entidades públicas, se la concedan. Que falta de criterio de quienes tomaron esa decisión porque si ya la Fiscalía General ha vinculado a este embajador a la investigación es porque existen fuertes indicios sobre su responsabilidad en semejante tema: la existencia de un laboratorio de cocaína en su finca. De nuevo que vergüenza para el país tanto su nombramiento como la forma como evolucionó su caso porque demuestra ligereza de la Cancillería y de la Presidencia y falta de criterios adecuados para seleccionar las personas que llegan a ocupar estas posiciones. Como si esto no fuera ya suficiente ya han sido capturadas cuatro personas por sus responsabilidades en este delito.

Las excusas que han presentado tanto el señor Sanclemente como su hermano son inaceptables para cualquier ciudadano de la calle. Que este laboratorio funcione en un terreno subarrendado a otras personas o empresas es un argumento que la justicia tendrá que evaluar si esto los exonera o no. Mientras tanto Colombia gracias a este episodio se ha reforzado la imagen que millones de colombianos trabajadores y honestos tratan de borrar, que Colombia está invadido de narcotráfico.