La Nación
No más bestias 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

No más bestias

 

Andrea del Pilar Bautista Perdomo

Con dolor profundo en el alma, tristeza absoluta, rabia e impotencia me generan estas terribles noticias de violencia sexual y feminicidio a una menor.  Salomé tenía tan sólo cuatro años, indefensa e inocente que fue brutalmente abusada, golpeada y asesinada por Sebastián Mieles,  una bestia en el municipio de Garzón.  No hay excusas de ninguna manera para justificar este brutal abuso y femicidio. Esta aberrante situación nos lleva a pensar en qué sociedad nos encontramos, cuando el ser mujer es el hecho más peligroso e inseguro, donde la violencia no nos permite tener proyectos de vida dignos, o simplemente nos asesina en nombre de un amor que realmente no ama.

Aún así, ni siquiera el sistema jurídico está a nuestro favor, dejando en impunidad más del 94% de los casos de violencias de género, lo que nos indica que ni en la casa ni en la calle ni en los tribunales tenemos justicia. Para poder erradicar esta problemática, no basta con sólo encarcelar a los criminales, cuando esto responde a lo estructural: invisibilizadas en la historia de la humanidad y en la política, nada protegidas por el Estado, silenciadas por las acusaciones donde se nos culpabiliza por las violencias que nos ejercen, preguntando cómo íbamos vestidas, por qué nos encontrábamos en dicho lugar, y sin número de etcéteras que sólo reproducen la visión revictimizante de señalarnos, cuando jamás será nuestra culpa; maltratadas en el entorno familiar y en la esfera pública, limitándonos a ser y existir en este mundo masculinizado, donde se naturaliza el acoso callejero y la posesión desde los celos; con todos estos elementos, podemos identificar que incluso en nuestra propia casa podemos estar conviviendo con un futuro feminicida, sea nuestra pareja, nuestro hijo o nuestro papá, poder dimensionar esto nos permite iniciar un proceso de confrontación permanente contra actos machistas: golpear cosas y gritar cuando se discute, controlar, manipular, celar, todo este conjunto de acciones que pueden escalar a violencias como el feminicidio.

Que no nos dé miedo cuestionar los comportamientos machistas de amigos, familiares, compañeros de trabajo, incluso de nuestros propios hijos, pues cuando sean estos los próximos Sebastián Mieles, ya otra vida femenina habrá sido acallada. La institucionalidad también debe responder, reestructurando las políticas públicas con enfoque de género, modificando la manera de enseñanza en los planteles educativos, dando financiación a programas de acompañamiento a víctimas, incluso, generando empleos e incentivos para no contar con dependencia económica.