Se conoció esta semana de otro hecho de inseguridad grave en la ciudad de Neiva: el atentado sicarial contra un exintegrante de la Fuerza Pública, identificado como Jairo Fierro Piñeres, quien fue atacado a bala cuando se encontraba en su vivienda, ubicada en el barrio Enrique Olaya Herrera, en el oriente de Neiva.
Sobre este hecho, el reporte oficial indica que el ciudadano recibió cinco impactos de bala de manos de dos hombres vestidos con overol que se movilizaban en una motocicleta Pulsar 200, color negro. Aunque la víctima recibió atención médica en el Hospital Universitario ‘Hernando Moncaleano Perdomo’, finalmente dejó de existir.
Se suma este hecho a una ola de casos que han puesto a los neivanos con los nervios de punta. Para mencionar algunos: el atentado contra el director de la emisora Alfa Estéreo, William Gutiérrez, y en el que fue asesinado uno de sus escoltas; el crimen de la líder social, Derly Pastrana; el asesinato del coronel retirado del Ejército Javier Escobar Martínez; y el homicidio en medio de un atraco del estudiante de medicina José Valencia González.
Todos estos hechos son absolutamente repudiables y merecen que las autoridades desplieguen las acciones necesarias para evitar que queden en la impunidad.
Tras la ocurrencia de un homicidio o acto delictivo, lo mínimo que espera el ciudadano del común es que las autoridades reaccionen y detengan a los responsables. La impunidad, por un lado, contribuye al incremento en la percepción de inseguridad y, por el otro, alimenta el fortalecimiento de la delincuencia en sí. Cuando las autoridades tardan en reaccionar, el delincuente se envalentona.
Por eso, la ciudad de Neiva requiere hoy con urgencia que todos los estamentos de la Justicia –policías, fiscales y jueces, entre otros– actúen unidos para combatir con firmeza la delincuencia.