Yohaysa Perea Rentería*
El acto racista que acabó con la vida de George Floyd en Estados Unidos, ocupa la agenda informativa de los principales diarios, medios de comunicación y redes sociales del mundo entero. Presenciamos un hecho que pone sobre la mesa un tema que vivimos a diario las personas negras/Afrodescendientes/racializadas de todos los rincones de la diáspora: el racismo y la discriminación.
“No puedo respirar”, fueron las palabras que pronunció George Floyd, para que el oficial dejara de violentarlo, pero su voz no fue escuchada. Su muerte avivó la solidaridad de los y las jóvenes estadounidenses, generó una serie de protestas en más de 21 estados con manifestaciones en unas 140 ciudades y generando todo un movimiento antirracista en las redes sociales.
Colombia no fue indiferente a esta situación, ahora todos somos George Floyd, con la diferencia que a diario las personas negras/Afrodescendientes/racializadas gritamos “no podemos respirar”. ¡Sí!, no podemos respirar ante un estado que esconde su racismo bajo la premisa de la multiculturalidad y pluritetnicidad.
“No podemos respirar” ante un país que firma acuerdos internacionales y cree avanzar en materia legislativa para contrarrestar actos de racismo y discriminación como la Ley 1482 de 2011, pero no resuelve nada como el de Jonh Jak Becerra Palacios, quien debió acudir a la Corte Constitucional con su causa por despido luego de poner una queja por discriminación en la empresa donde trabajaba, o el de Alicia Ordoñez, joven que no fue aceptada en su trabajo por llevar el cabello afro, o la muerte de Anderson Arboleda, el joven de Puerto Tejada quien murió en el Cauca, al parecer luego de recibir un bolillazo por parte de la policía por presuntamente incumplir la cuarentena.
“No podemos respirar” ante las personas que toman la lucha antirracista como una tendencia y olvidan que como lo dijo Paulo Freire “si yo no soy racista, lucho JUNTO a lxs negrxs/afrodescendientes/racializadxs/ contra el racismo”, sólo así podemos pasar de la tendencia al activismo y evitar que la pandemia del racismo crezca.
¡Sí!, “no podemos respirar” y tus luchas antirracistas pierden sentido si continúas perpetrando en clave de chistes el lenguaje racista: “la veo negra”, “negra tenía que ser”, “llegó el sabor”, llegó el alma de la fiesta”, “aquí trabajando como negro”, “a mí no me gustan las negras pero usted es hermosa”, “es muy linda para ser negra”, “yo quiero que me lleve al cielo”; cuando niegas mi identidad nombrándome “negrita o negra”, te burlas del fenotipo de las personas racializadas, designas lo negro para las cosas negativas, creas estereotipos sobre la diversidad de las personas racializadas o señalas qué es o no una conducta racista.
Soy consciente que se necesitan muchos aliados en esta lucha antirracista y para establecer alianzas debemos ser conscientes de nuestros privilegios; sólo así puedes contribuir a que nuestras voces sean escuchadas y detener la pandemia del racismo porque #Lasvidasnegrasimportan.
*Amante y defensora de las tradiciones ancestrales de las comunidades negras/racializadas. Fundadora de la Fundación Red de Mujeres Afroamazónicas – UBUNTU. Comunicadora Socia y Periodista, Especialista en TICs,