Estamos invadidos de pésimas y preocupantes noticias que tienen que ver con el abuso que se hace de los dineros de los colombianos que necesitan que sus necesidades sean atendidas en forma oportuna y a costos justos. No es posible continuar en este ambiente de oscuridad donde no tenemos paz con nuestras conciencias y los encargados de liderar un rumbo acorde con las necesidades de nuestro país no han asumido el liderazgo que su posición supuestamente demanda.
En el poder legislativo, que ya para los colombianos no son prenda de garantía, la ausencia de leyes que se deben tramitar con urgencia acorde con las necesidades de nuestra población brillan por su ausencia y los mal llamados debates que se oyen a su interior son pobres en soluciones y ricos en ofensas y caracterizados por las posiciones extremas, haciendo caso omiso de las necesidades de los colombianos que están a la luz de toda la sociedad. No han hecho hasta ahora nada digno de mención y si por el contrario sus discursos de campaña a la luz de un balance, este sería pobre y penoso. Nuestro país no merece esta suerte y tenemos verdaderas cabezas dignas de estar manejando el país, pero el maldito dinero ha impedido que muchos de los más preparados no puedan ir a los escenarios de comando por su transparencia personal y por falta de recursos económicos cuantiosos que demanda el poder aspirar a estos escaños.
El poder judicial, no está lejos de nuestro pobre escenario y brillan por su oportunidad y aplicación de las leyes en busca de una justicia pronta oportuna y sobre todo plena de lecciones para quienes atentan contra los mandatos que demanda una sociedad en pleno desarrollo. No hay garantías y hoy en día valen más los derechos individuales que los derechos colectivos y aparecen los falsos testigos que han sacrificado a muchos ciudadanos inocentes mancillando su buen nombre y en muchos casos ejemplos de ciudadanía, que tristeza que lleguemos a esta situación y que nada ni nadie pueda hacer algo por corregir este poder tan importante y fundamental en el comportamiento ético y moral de los ciudadanos.
En el poder ejecutivo, las fallas son grandes, el abuso con el frecuente y mal manejo de los recursos han tocado nuestras fibras en lo más íntimo como es el caso de los niños que a diario mueren por desnutrición y el maltrato a que son sometidos las personas de mayor edad. El desvío de los impuestos que en ningún caso es el dinero del gobierno, sino el dinero de todos los colombianos es un hecho lamentable, frecuente y no se ha logrado que se respeten estos sagrados dineros destinados a solucionar los problemas que tienen los ciudadanos y que sean debidamente controlados o sancionados cuando se hace mal uso por parte de los funcionarios de turno. No podemos seguir soportando los sobrecostos de esos robos y no podemos permitir que ciudadanos de bien que prestan sus servicios al sector oficial no tengan las garantías para poder acusar a los ladrones que a diario asaltan nuestras arcas.
Algo tenemos que hacer para subsanar esta delicada e insoportable situación. Que está carcomiendo nuestra sociedad con malos ejemplos, con robos, con oídos sordos y con luchas intestinas que nada favorecen a nuestra patria. Estamos a tiempo de oír a los candidatos a las próximas elecciones presidenciales que nos traigan nuevos y mejores vientos y sobre todo cabezas independientes que prometan servir a la patria y sancionar a los apátridas que se han venido robando nuestra nación. marco_f@cesa.edu.co