“Señor” Petro, que usted esté acostumbrado a hacer mediciones y comparaciones en líneas, dada su cotidianidad y gustos, es algo que le compete a su familia. Sin embargo, sus declaraciones le están haciendo daño a todo un país, y más, a quienes tenemos que vivir gobernados por una política traqueta de quien en nombre disque de la “vida”, no hace sino defender a quienes están en contra de ella.
Estoy segura que, quienes de jóvenes son adictos al deporte, jamás mezclan el anhelo de llegar a vestir una camiseta como la de la Selección Colombia de fútbol ni, arriesgar el sueño de poder estar entre las líneas blancas de los estadios más importantes del mundo, por andar pensando en otro tipo de “líneas”, que si bien, para el presidente resultan ser las “primeras”; están muy alejadas de esas líneas de campo, las cuales tienen por objeto ser una referencia objetiva dentro de un reglamento de juego limpio.
Las únicas líneas que respetamos son las blancas, pero de los estadios, pabellones, velódromos, pistas, gimnasios, piscinas y circuitos; y no, aquellas líneas que son sinónimo de consecuencias negativas, conductas peligrosas, vagabundería o criminalidad; así sean blancas, de primera o de segunda.
El “señor” Petro, sigue sin conectar la lengua con el cerebro, y cada día son más ilógicas sus declaraciones que solo llevan a pensar que el presidente, además de defender a esa Primera Línea, también se la está aplicando, porque como dice él, “no hay que tener cerebro”, pero para concluir que sus afirmaciones además de ridículas, demuestran una carencia absoluta de raciocinio, la cual se encuentra afectada por la falta de percepción de la realidad, por estar pensando todos los días, en su primera línea.
Quiero hacer extensiva una felicitación a toda la Selección Colombia de Fútbol que, llevó el nombre de nuestro país, hasta la final de un campeonato tan importante como la Copa América.
No los comparo, ¡SON UNOS GUERREROS! Sin olvidar que antes que deportistas, son personas, colombianos que respetaron las reglas de juego frente a un rival que viene de ganar la Copa del Mundo; y esto debe ser un reconocimiento, no por ser los segundos, sino por el contrario por haber, al igual que Argentina, disputado la final donde muchos no llegaron.
La pasión por el fútbol es para millones, la mejor manera de quitarse presiones y vivir a plenitud 90 minutos o más, según el juego, no obstante, los colombianos tenemos que concentrarnos en tener plenitud, no para vivir un partido, sino para elegir mejores gobernantes, ya que es más fácil volver a disputar y ganar una final que, recuperar un país.