La Nación
COLUMNISTAS

No somos nadie

Como por estos días se habla mucho sobre cine gracias al ambiente generado por la entrega de los premios Oscar, quiero aprovechar para hacer mención a una película colombiana estrenada el año pasado llamada: “Los nadie” dirigida por Juan Sebastián Mesa. La historia se desarrolla en los barrios populares de Medellín, plasma los dilemas y las decisiones que toman los jóvenes enfrentados a un orden social que no les ofrece muchas alternativas.

Entre el blanco y negro de la pantalla se exaltan diálogos coloridos y críticos frente a las conductas impuestas mientras una banda sonora punkera le agrega éxtasis a la obra; los jóvenes se inclinan por vivir el presente sin hacer mucho caso a los típicos consejos tradicionales que dictan que lo más importante es el futuro. Dicen los viejos manuales: “hay que pensar en el futuro”. Entre sus amores, las cervezas, las amistades, la marihuana y el punk, los protagonistas –los nadie – deciden buscar un viaje que les permita darse un aire de esa ciudad tradicional, como la mayoría de las ciudades colombianas, que los reprime, que no los puede entender, que los agobia y que no los deja volar.

Se reflejan en la película, por un lado, las difíciles condiciones materiales que enfrentan los jóvenes en las periferias de Medellín, donde tienen que buscar el sustento en diferentes oficios informales que ofrece la calle. Por otro lado, se le da mucha fuerza al desfase entre una juventud impetuosa y con nuevas formas de pensar y actuar en el mundo frente a una sociedad estancada en los duros muros del tradicionalismo cultural, social, político y patriarcal.

Los protagonista de esta película, al igual que muchos jóvenes recorren las ciudades de Colombia, llevan en sus bolsos los elementos con los que hacen malabares en la calles mientras departen y encuentran alguna salida a las vidas vacías que promueven los medios de comunicación en cabeza de las instituciones.

Es importante resaltar que a pesar de las duras condiciones del entorno social, los jóvenes son capaces de emprender nuevos rumbos, crean la forma de continuar con sus sueños y se las ingenian para enfrentar a los dinosaurios que intentan atajarlos. Un llamado a pensar en la utopía y la necesidad de vernos de manera distinta en el mundo podría ser una de las tantas interpretaciones de esta película. Dice una de las protagonistas en uno de los pasajes: “muere lentamente quien no cambia de vida cuando está insatisfecho con su trabajo o su amor, quien no arriesga lo seguro por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite al menos una vez en la vida huir de los consejos sensatos. Vive hoy, haz hoy, arriesga hoy”.