La Nación
“No vamos a hacer locuras con el agro” 1 24 abril, 2024
ENTREVISTA

“No vamos a hacer locuras con el agro”

La designada ministra de Agricultura, Cecilia López, habla con LA NACIÓN sobre los planes para el agro colombiano. Dice que el “gran objetivo” es que no haya “tierras improductivas”. Explica además qué va a pasar con el Banco Agrario y si es cierto que revivirá el Idema. También habla sobre el futuro del distrito de riego Tesalia-Paicol.

Jesús Antonio Rojas Serrano

editorgeneral@lanacion.com.co

Cecilia López Montaño, quien ya ha sido en el pasado ministra de Agricultura y de Medio Ambiente y directora de Planeación Nacional, será quien esté al frente de las políticas del agro colombiano en el gobierno de Gustavo Petro. En esta entrevista con LA NACIÓN, asegura que el “gran objetivo” es que no haya “tierras improductivas” y que “tendremos sustitución de importaciones en la medida que podamos producir”.

Habla además sobre el futuro del distrito de riego Tesalia-Paicol y le envía el siguiente mensaje a los huilenses: “el Huila es un departamento prioritario en ese esfuerzo de hacer de Colombia una potencia mundial de producción de alimentos”.

¿Cuáles son sus retos una vez asuma como ministra de Agricultura?

El reto fundamental es hacer por fin la reforma agraria que el país no ha podido hacer durante toda su historia, pero con un objetivo muy claro: que no haya tierras improductivas en el país para que la producción se fortalezca, de tal manera que nos volvamos una potencia en producción de alimentos y de materias primas y que, sobre todo, la agricultura familiar, la cual provee el 70% de los alimentos que consumimos en Colombia, tenga el apoyo que nunca ha tenido. Insisto: el gran objetivo es que no haya tierras improductivas en Colombia.

Cuando insiste mucho en que no habrá tierras improductivas en el país, ¿cómo logrará eso en la práctica?

Jesús Antonio, el sector agropecuario está suficientemente diagnosticado. Sabemos que tenemos 22 millones de hectáreas con vocación agrícola y estamos explotando un poco más de 5 millones. Y también tenemos 15 millones de hectáreas con vocación ganadera y estamos explotando 34 millones de hectáreas. Claramente, ahí hay unos indicadores muy claros de que no estamos utilizando la tierra de manera que produzca lo que podría; no estamos llegando al potencial de producción agropecuaria que podríamos. Entonces, se trata de aplicar una serie de mecanismos para que esto suceda y ahí, juega un papel crucial el catastro multipropósito, el cual busca que, por fin, el sector rural pague los impuestos que nunca ha pagado. Esto será un incentivo para que se produzca de manera más eficiente. Y quienes no puedan producir más eficiente, podrán vender la tierra en lo que se llama el mercado de tierras, en donde participa el sector privado, pero aquí participará el Estado. El Estado va a comprar tierras para distribuirlas. Estamos hablando de tierra productiva, no de terrenos baldíos para aquellos sectores de agricultura familiar que tienen menos de una hectárea y que por lo tanto, no puede ser productiva.

¿Usted les da la garantía a los huilenses que en el gobierno de Petro no habrá expropiación de tierras?

No es expropiación. Es capitalismo; es poner a funcionar los mercados de tierra, los cuales nunca han funcionado en Colombia porque ese mercado ha sido entre los pobres y los ricos. Se trata de un mercado de tierras en donde todo el mundo que quiera puede poner su tierra a la venta, pero va a entrar el Estado, o sea, el Estado entraría a comprar tierras productivas para poderlas distribuir a los pequeños productores de agricultura familiar y que hoy tienen microfundios.

Usted ha dicho que les conviene a los colombianos tener más hectáreas con vocación agrícola en vez de hectáreas de ganadería, ¿no es darle la espalda a un sector como el ganadero que tanto ha contribuido a la economía nacional?

Jesús Antonio, yo no he dicho eso. Lo que yo he dicho es que a Colombia le conviene que en vez de 5 millones de hectáreas en agricultura, tengamos 22, que es el potencial, y que en vez de 34 millones de hectáreas de ganadería, tengamos 15. Nos interesa. Tenemos que tener una ganadería intensiva. Hay sistemas ya probados porque la ganadería es muy importante, nadie lo está negando, pero lo que necesitamos es dejar de tener una ganadería absolutamente extensiva a una ganadería intensiva. Estoy segura que esto le conviene no sólo al país sino a los ganaderos mismos.

¿Sembrar más maíz en Colombia sí es posible?

Sin duda. Uno de los productos que estamos importando de una manera impresionante es el maíz. Colombia puede llegar a sembrar un millón de hectáreas en maíz y está sembrando 104 mil. O sea, eso es parte de la sustitución de importaciones, pero es absurdo llegar a decir que el hecho de sustituir importaciones nos va a llevar a la hambruna, como han dicho algunos analistas. ¡Por Dios! En el Ministerio de Agricultura habrá gente muy responsable y no vamos a hacer locuras. ¡Por amor de Dios! Tendremos sustitución de importaciones en la medida que podamos producir. Estamos produciendo muy poco maíz, pero podemos producir mucho. No vamos a desabastecer el país. Para nosotros la seguridad alimentaria es una prioridad inmensa. Eso hace que tengamos mucho cuidado para que no vaya a haber ningún tipo de desabastecimiento en el proceso de empezar a sustituir importaciones. El país tiene que saber que llegará al Gobierno gente responsable. Insisto: Aquí no se van a hacer locuras.

¿Es cierto que usted está hablando de volver a crear el Idema, un instituto que usted cerró cuando fue ministra de Agricultura en el gobierno de Ernesto Samper?

Esa es una discusión que no sé por qué está tomando unas líneas que no tocan. Acuérdese, Jesús Antonio, que estamos en empalme; apenas estamos empezando a entender qué se ha hecho y a ver qué vamos a hacer. El Idema tiene un tema fundamental que es la comercialización, pero hoy la situación del sector agropecuario, como lo dicen expertos y la gente que conoce el país, es otra realidad. Lo importante es que la comercialización se garantice. En efecto, a mí me tocó como ministra cerrar el Idema porque el Idema en ese momento se había vuelto un sector muy corrupto y teníamos problemas muy serios. Vamos a mirar en qué se ha avanzado, qué se necesita en una economía abierta como la colombiana para garantizar la comercialización. Nosotros armamos en su momento unos sistemas para garantizar el almacenamiento y vamos a ver eso qué tanto ha funcionado. Este es un tema crucial, pero definiciones totales no hay hasta el momento. Estamos en el proceso de entender cuál es la mejor alternativa para garantizar que esas cadenas en donde el pobre agricultor pierde todo porque se va en un proceso de comercialización que lo aprovechan otros. Obviamente, si queremos estimular la producción agrícola, eso hay que controlarlo y vigilarlo. Hay que buscar alternativas.

¿La posibilidad de revivir el Incora está planteada?

No, no, no. Nosotros no necesitamos más instituciones. ¡De por Dios! Aquí tenemos una estructura que propuso la Misión de Transformación del Campo, que presidió José Antonio Ocampo y en la que estábamos varios exministros de Agricultura y toda la inteligencia que tiene el sector agropecuario. Esa estructura que se propuso, sí se implementó. Tenemos las instituciones de desarrollo rural, de tierras y otros más. Aquí tenemos la institucionalidad que toca, pero lo que pasa es que no ha funcionado. El problema es que en este Gobierno se implementaron esos institutos, pero no han logrado cumplir su misión. Aquí no se necesita realmente ni nuevas leyes, ni nuevas instituciones. Aquí lo que se necesita es que eso empiece a funcionar.

¿Qué concepto tiene hoy del Banco Agrario? ¿Qué reformas necesita?

Primero, hay que traerlo de nuevo al sector agropecuario. El Banco Agrario depende ahora del Ministerio de Hacienda, lo mismo que Finagro. Esas instituciones –y ya es una decisión que el presidente electo ha tomado—regresarán al sector. Hay muchas críticas sobre la parte financiera y es que debe apoyar al sector agropecuario. Ese es un tema crítico que estamos trabajando ya con el ministro de Hacienda.

¿Veremos a un Banco Agrario dando mucho más créditos al sector campesino del país?

El Banco Agrario va a cumplir su misión que no la ha estado cumpliendo, especialmente, en lo que se refiere a apoyar a los sectores más pobres del campo. Eso es un tema crucial y por eso, necesitamos hacer una revisión profunda de lo que está pasando tanto con el Banco Agrario como con Finagro.

¿Qué diferencia hay entre el país agrícola de los 90 cuando usted fue por primera vez ministra de Agricultura, al de hoy?

Toda la diferencia que usted se pueda imaginar, Jesús Antonio. Entre otras cosas porque uno de los problemas graves que tiene hoy el campo es que desde 1990, con la apertura económica, se empezó a subestimar el campo. Al campo le cayeron todos los males y hoy tenemos un campo que está pagando los costos de una apertura que subestimó la producción de alimentos y que creyó que bastaba con importar porque eran más baratos en los mercados internacionales. Y perdimos un millón de hectáreas en productos perecederos. Al campo le cayó además una politización muy grande que bajó el nivel técnico. Y por último, la idea de hacer trizas la paz la está pagando el sector rural. Cuando uno mira lo que está pasando en el campo, se da cuenta que es un reto inmenso porque le han caído muchos males encima. El mundo de hoy no es el mundo de los 90 y la visión del campo es otra. Cuando el presidente electo me ofreció el ministerio de Agricultura, yo le dije que ya había sido ministra, me dijo algo que es absolutamente cierto: ‘el ministerio que a usted le tocó manejar, no tiene nada que ver con el ministerio de ahora’. Tiene razón. Este es otro mundo, mucho más complejo, con un sector rural muy deteriorado, con una institucionalidad que hay que fortalecerla y ponerla a trabajar en favor del aumento de la producción del campo.

¿Qué tiene en su cabeza para el sector arrocero?

El arroz es uno de los temas serios que tenemos porque habrá una desgravación de Perú y Ecuador, países que nos van a inundar de exportaciones. Y también se viene la desgravación que está prevista en el TLC con Estados Unidos. El arroz es un producto supremamente importante para Colombia, con inmensos problemas que tenemos que resolver para que no tengamos esas crisis que periódicamente se presentan.

Como ministra de Agricultura, ¿Qué importancia le va a dar al Huila?

El Huila es una de las regiones más productivas del país. El Huila y el Tolima es una zona que históricamente ha sido muy rural. Dentro de los mapas de producción que tenemos, allí hay un gran potencial.

El Huila es una región que está sobresaliendo por su vocación piscícola, ¿qué le espera a este sector?

Aquí ya hay una entidad que se creó con la nueva institucionalidad, que está todavía muy pequeña, que le falta arrancar fuertemente, pero que se dedicará a estos temas. Yo creo que este es uno de los puntos que nos toca reforzar. La veo muy chiquita frente a las otras instituciones que se crearon para el sector agropecuario.

Desde hace mucho tiempo se viene hablando del distrito de riego Tesalia-Paicol, al punto que sus obras, tantos años después, registran hoy un avance cercano al 80%, ¿se compromete a que en el gobierno de Petro el distrito será puesto en funcionamiento?

Entre los temas que el presidente electo me alcanzó a mencionar está el distrito de riego Tesalia-Paicol, que ha estado subfinanciado y con grandes problemas. Ese es un tema crítico porque si nosotros no adecuamos tierras y no tenemos un sistema de riego que funcione, tenemos un problema muy grande. Este distrito de riego está en la agenda. En este momento, Jesús Antonio, yo no le puedo decir cuál será la estrategia, pero lo que sí le puedo decir es que está en la agenda.

¿Cuál es su mensaje para los huilenses, a través de LA NACIÓN?

El mensaje es muy claro: le llegó la hora al campo y el Huila es un departamento prioritario en ese esfuerzo de hacer de Colombia una potencia mundial de producción de alimentos.