Por: Jorge Luis Salcedo Restrepo
En pocos días comienza el renacer de una esperanza para el mundo, para la gente joven a quien más le interesa el cambio, le conviene que ellos sean drásticos y se den.
El mundo viene en un deterioro constante de sus selvas, bosques nativos y fauna silvestre de las diferentes regiones, gracias a los intereses de muchos negociantes privados como los noruegos, suecos, daneses, japoneses, rusos, chinos, norteamericanos incluyendo a los canadienses, los africanos no se quedan atrás, los Indues y en general casi todos los pobladores de la tierra que no aman su planeta sino su riqueza momentánea. Pero son los más ricos quienes tienen más que perder, el pobre pierde un poco, pues ya no puede perder más, pero el rico ya no tendrá de donde más ganar sino perder.
Estas líneas se las dedico a la gente joven de todos los estratos que son más pensantes por momentos, así lo dudemos con sus actos de desconsideración a su sociedad en las manifestaciones grupales para espectáculos musicales, deportivos y manifestaciones políticas, o, culturales. A veces la droga y el licor los embrutece haciendo que cometan locuras como diseminar plagas como el Covid-19 a sus padres, abuelos, familiares, amigos y compañeros de trabajo.
“El renacer” que yo digo, es por la esperanza en los cambios políticos que se tienen que venir con el nuevo presidente de los USA, el señor Joe Biden, quien como primera medida incluirá a su país en el Acuerdo de París contra el calentamiento global, haciendo más habitable al mundo y por ende otros países se anexarán a fín de tener la capacidad de negociar con los norteamericanos.
Estados Unidos está pasando por una crisis inmensa por el aumento en el nivel de los mares sobre todo en la Florida y en Miami, más específicamente en donde una persona con una mansión o apartamento con vista al mar que fluctúa entre los 500 mil y muchos millones de dólares ya no pueden encontrar compradores para sus propiedades que se están inundando poco a poco.
Miami ha tenido que retroceder en la parte de construcciones y ventas de casas, pues ahora las que no tenían gran valor son las más costosas.
En fin, lo mismo pasará en ciudades costeras de todo el mundo y no nos gustaría ver a ciudades como Cartagena sumergidas en el mar; Santa Marta, Barranquilla y otras estarían en la misma onda. Es por ello que necesitamos apoyar al presidente Biden y a todos los cuidadores del medio ambiente en general. El presidente Iván Duque está en esa onda, aunque hay que fortalecer más el ejército contra la lucha anti-deforestación en el país.