La Nación
Nuevos liderazgos en gobernación y alcaldías 1 24 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Nuevos liderazgos en gobernación y alcaldías

Por: Eduardo Gutiérrez Arias

Desde el próximo miércoles primero de enero nuevos liderazgos ejercerán el poder en la gobernación y los 37 municipios del Huila. Las autoridades salientes han presentado informes optimistas de ejecución de obras, pero los opitas somos pesimistas frente al progreso regional. El Producto Interno Bruto (PIB Departamental) sufrió decrecimiento en todos los 4 años anteriores. En 2015 decreció -0.8%, en 2016 -1.2%, en 2017 -3.8% y en 2018 -0.7%. Las coberturas en preescolar, primaria, secundaria y universitaria, permanecieron estancadas durante esos mismos años. Tampoco se avanzó en calidad y pertinencia del sistema educativo. La salud, que en buena medida depende del gobierno nacional, continúa colapsada y aunque la mayoría de la población permanece vinculada a uno de los regímenes contributivo o subsidiado, no se recibe atención oportuna y de calidad. El desempleo, que en Colombia llega al 9.8%, en el Huila se ubica en el 10.8%.

Definitivamente no es buena la situación que encontrarán gobernador y alcaldes del departamento. Casi todos ellos ganaron con programas de paz, mejoramiento educativo y de salud, generación de empleo, desarrollo agropecuario, agroindustrial y de turismo, defensa del medio ambiente y ampliación de servicios públicos. Aunque el Huila, después de la firma de los acuerdos de La Habana, respiró un aire de tranquilidad política, está rodeada de las zonas de mayor violencia y conflicto social en Colombia. Nariño, El Cauca, Putumayo y Caquetá, siguen altamente afectadas por grupos armados de las disidencias de las Farc, el ELN, los Carteles de la droga mexicanos y colombianos y el renacer de grupos paramilitares, que fácilmente puede invadir nuestro territorio. Esta región Surcolombiana requiere aclimatar de verdad la paz, cumpliendo los acuerdos de La Habana, buscando una solución negociada a los remanentes de conflictos insurgentes que aún permanecen en el territorio, erradicando manualmente los cultivos ilícitos y fomentando una sólida economía agropecuaria, agroindustrial y turística que demanda alta inversión del Estado en organización y capacitación de los productores, mejoramientos tecnológicos y asistencia técnica, organización de clúster productivos, adecuados canales de comercialización, mejoramiento de la red de vías terciarias y secundarias, desembotellar la región con autopistas y un ferrocarril, especialmente hacia el pacífico, que permita exportar el café, las frutas, el ganado, la piscicultura y el cacao, así como el ingreso de turista del exterior. Se trata de un plan de largo plazo que debe comenzar a perfilarse desde las actuales administraciones. Confiamos en que ellas sabrán ejecutarlo.