La Nación
Ojo con la caficultura 1 17 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Ojo con la caficultura

La crisis que se avecina en la caficultura colombiana no va ser por la salida del gerente de la Federación, Roberto Vélez -a quién el país debe reconocerle su destacado desempeño- va ser por el bajonazo en el precio del grano, generado por la recuperación de la producción en Brasil. Es incierto si el precio se ubicará en el histórico o bajará a niveles que mejor no quisiéramos imaginar. Lo claro es que el ciclo de precios altos o de bonanza va a terminar.

Imposible desconocer la importancia de la caficultura patria, aunque no pese como antes en el contexto internacional, ni en el PIB nacional, el grano, producto insignia de la agricultura nuestra, se cultiva en 580 municipios de 22 departamentos, con un área de 900.000 hectáreas y 560.000 familias con más de dos millones de personas dedicadas a esta actividad, generando el 40% del empleo agrícola. Y obviamente tiene mucho que ver con los huilenses, región que además de ser el primer productor del país, es considerada hoy como el eje del nuevo eje cafetero colombiano.

En el reciente Congreso Cafetero se hicieron advertencias, que es bueno contextualizar: la época de los precios altos estuvo ligada a una sequía y dos heladas registradas en Brasil (el gran productor del grano), generando un déficit de más de 7 millones de sacos. La crisis cafetera brasilera está superada, viniendo una cosecha de cerca de 60 millones de sacos. Brasil aprovechó el tiempo de crisis para renovar 400.000 hectáreas que pronto entrarán en producción y generarán el superávit en el inventario global cafetero.

No sé, si el panorama de crisis será oscuro o de oportunidades, pero sí sé, son retos mayúsculos los que vienen para el sector, en cabeza de la Federación de Cafeteros y del Gobierno Nacional. Se está hablando con optimismo de una ruta a trazar: Renovación de cafetales, mitigación de los efectos por retrasos en la entrega de cafés a futuros, y producción de café robusta.

Creo, que sin desatender esas recomendaciones anteriores, lo que hay que mirar y echarle mano pronto (para generar un plan de acción), son recursos del Fondo del Café que debe estar robusto, como del ahorro de los caficultores, y tener aceitado el instrumento que construimos en el Congreso de Colombia a través de la Ley 1955/2019 (Fondo de Estabilización del precio del Café – FEPCafe), del cual fui ponente, que tiene como objetivo proteger a los productores de los precios bajos;  este Fondo es un instrumento importante para ayudar a enfrentar los retos derivados de la volatilidad del mercado, la fluctuación del precio internacional, y los riesgos del cambio climático.

Quiera Dios que no necesitemos echarle mano al FEPCafe, pero es mejor estar preparados.