La Nación
Ojo con las ITS 1 18 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Ojo con las ITS

Consuelo Serrato de Plazas

Para Aristóteles, el filósofo griego: «Los buenos hábitos formados en la juventud marcan toda la diferencia».

Golpea el alma constatar que por el solo hecho de no tomar las precauciones debidas a la hora y en el momento adecuado, alguien tan joven pueda llegar a ser víctima de una ITS, situación que genera gran impacto no solo a la víctima sino también a su entorno familiar.

¿Sabes acaso qué son las ITS?

Son las llamadas infecciones de transmisión sexual (ITS) que comúnmente se propagan de persona a persona durante la relación sexual y que en su mayoría cursan de manera asintomática, hecho que  dificulta adoptar de manera oportuna los tratamientos adecuados y apropiados. En efecto tal problemática se constituye en una preocupante realidad de salud pública no solo por la magnitud de los contagios, sino también por las graves repercusiones que genera para la salud.

De acuerdo con información suministrada por la Organización Mundial de la Salud, más de un millón de personas en edades entre 15 a 49 años se ven expuestas a este tipo de infecciones. Conforme lo precisado por Peter Salama, director de Cobertura Sanitaria Universal y Curso de la Vida de la OMS: «Estamos constatando una preocupante falta de progresos en la lucha por detener la propagación de las enfermedades de transmisión sexual en el mundo».

Entre tanto el panorama en Colombia no resulta ser nada halagüeño y ello conlleva a que en el Plan Nacional de Respuesta ante las ITS 2018-2021 se plantee la necesidad de realizar  un abordaje integral de las infecciones de transmisión sexual de mayor prevalencia. Sumado a lo anterior la Encuesta Nacional de Demografía y Salud revela significativos niveles de desconocimiento frente a la existencia de ITS tanto en mujeres como en hombres.

Cabe resaltar que las ITS no distinguen edad, sexo, raza, cultura o condición socio-económica alguna y a esto se agrega que una de las franjas más susceptibles a contraer tales infecciones sea la población adolescente por tratarse de una etapa del desarrollo enmarcada precisamente en la madurez sexual, circunstancia que impulsa a muchos jovenes a iniciar prematuramente su sexualidad, hecho que estimula considerablemente las probabilidades de exposición a este flagelo. Es así como diversos autores describen la adolescencia como una «tormenta hormonal, emocional y de estrés».

No debemos olvidar que aunque la educación sexual es un trabajo compartido entre familia y escuela, es precisamente en el hogar donde a través de acciones y adquisición de valores se logra concientizar a sus integrantes sobre la importancia de procurar hábitos sexuales sanos, seguros y responsables que contribuyan decididamente a evitar los riesgos a los que eventualmente se puedan ver expuestos al contraer infecciones de transmisión sexual.