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25 abril, 2024
La Nación
COLUMNISTAS

Olímpicos y bolivarianos. Por Carlos Eduardo Amézquita

Corriendo el riesgo de rayar en la simplicidad de lo complejo pero si en lo contundente de la evidencia mediática, es bueno reconocer que las 2 noticias de mayor circulación por estos días fueron la reconstrucción del rostro del Libertador Bolívar y la inauguración de los XXX Juegos Olímpicos. Apoteósicas. Corriendo el riesgo de rayar en la simplicidad de lo complejo pero si en lo contundente de la evidencia mediática, es bueno reconocer que las 2 noticias de  mayor circulación por estos días fueron la reconstrucción del rostro del Libertador Bolívar y la inauguración de los  XXX  Juegos  Olímpicos. Apoteósicas. El Reino Unido por involucrar su propia historia y su cultura en la ceremonia de inauguración: La Revolución Industrial, los derechos de la mujer al voto universal, el rock y el pop, Peter Pan (el eterno niño), Mr. Bean (el adulto niño), Harry Potter (el niño mago y miope), Shakespeare (el poeta de los niños), el inacabable Agente 007 (James Bond) y la Reina Isabel II, la férrea campiña inglesa, la democracia occidental, entre otros. Se “fajaron” los ingleses. (Dignificante lección para tenerla presente cuando de organizar eventos nacionales, regionales y locales se trate.  Ante todo destacar  y dar  mérito a nuestra propia Historia y Cultura). De otra parte, el Presidente  Chávez  siempre ha presumido con ser  la viva regeneración del Libertador, asunto que algunos dudan, con justa razón si comparamos su apariencia física con la del Bolívar que surgió de los computadores. De hecho, los rasgos cibernéticos de Chávez no coinciden con la fisonomía (digitalizada) del Libertador, reconstruida a partir de la proyección de pequeñas cargas tomadas de su ADN. El libertador luce más delgado que Chávez, las cejas pobladas y el ceño fruncido, huraño, con la piel curtida, muy criolla, suramericana, tallada con fervor, ojos muy pequeños, mucho más que los del Presidente de los venezolanos, su cara incita a la nostalgia. Son muchos los rostros e imágenes, incluso de otras especies, reconstruidas a partir del ADN que se toma de huesos, dientes, cabellos o piel.  En este caso la probabilidad de estar visualizando el talante del Libertador, es alta. Ver cómo lucía al momento de morir víctima de un asesino silencioso (la cantárida, un potente veneno que servía como remedio para la tuberculosis en la época). Según Medicina Forense las evidencias podrían incluso determinar si se les pudo “ir la mano” con la dosis. Coletón: Lo más parecido entre  Chávez  y  Bolívar, al parecer, no es más que su proyecto bolivariano.