La Nación
Otra mirada 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Otra mirada

Por: Javier Cabrera

La magia de la vida y de la que pocas veces somos conscientes, es que nos abre la posibilidad de tener miradas distintas, nos permite cambiar el observador que somos y tenemos internamente frente a diversas circunstancias. Es ese cambio de mirada, el que nos permite interpretar de una u otra forma los acontecimientos diarios. De alguna forma desde esa posibilidad que mágicamente nos brinda la vida podemos encontrar, ante un mismo hecho, oportunidades que nos motiven o problemas que nos hunden, al final de cuentas la decisión de cómo se interpretan, por adverso que parezca lo que este pasando, dependerá de cada uno en forma particular.

Lo interesante de lo anterior es, que así como cada cual se forma una idea o toma una mirada de acuerdo a su interpretación, de la misma forma lo hechos que se construyen desde niños inciden y permiten que otros tengan miradas diferentes ante lo que la vida les entrega. De ahí que la educación, el relacionamiento, el trato desde cuando somos pequeños incide directamente en la forma como estructuralmente vivimos y vemos la vida. Una persona que crece en un ambiente de maltrato físico y mental no ve la vida igual a quien lo hace en uno afable y cordial. Un niño que crece desde el, “usted no sirve para nada”, al ser adulto va ha percibir la vida desde esa afirmación, y por falsa que sea su mirada estará influenciada por esa frase.

¿Cuantas personas en nuestra sociedad están influenciadas negativamente por la forma en que sus padres les educaron?, ¿cuanta rabia, resentimiento y rencor se ha construido por padres alcohólicos o que maltratan a sus hijos?, y ¿de que forma eso incide en nuestra construcción de sociedad? Ese es un tema que desde lo público y en alianza con lo privado debiéramos revisar para atender los hechos que inciden en la violencia social que pulula en nuestros barrios y en la manera en que establecemos relaciones para dirimir conflictos.

Es otra  mirada a lo que está sembrado mentalmente en nuestra gente, por razones de historia, educación y entorno, se debe entender para abrir espacios de dialogo y transformación sin llegar a la frustración.

Es momento de invertir en nuestra gente, para construir una sociedad mas amable y cordial que sepa dirimir conflictos al margen de la violencia. Entender esto nos brinda una mirada diferente a la que hoy tenemos y poco nos sirve.