Francisco, el primer papa latinoamericano de la historia, retorna hoy a Brasil, el país con más católicos del mundo, para revitalizar la Iglesia Latinoamercana.
La visita del pontífice a Río de Janeiro para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) católica marca no sólo el primer gran viaje internacional que realiza desde que fue entronizado en marzo pasado. También pondrá el sello propio en el futuro de la Iglesia con 1.200 millones de fieles, de los cuales, 432 millones de fieles corresponden a América Latina.
Sin duda, el papa Francisco trazará la línea ante miles de jóvenes de todas partes para sacar a la Iglesia de la crisis que vive, dándole una importancia clave a esta región que tiene dos de cada cinco católicos del mundo, pero donde crece el número de evangélicos y no creyentes. Ese será el más grande desafío que tendrá que enfrentar. Y por supuesto, que servirá para renovar el mensaje central de la religión católica en una de las regiones con mayores desigualdades del planeta. No en vano la presentará como como una iglesia simple, cercana a los pobres, fiel al Evangelio, coherente, como lo ha venido demostrando desde que asumió la alta investidura. Y la consigna: rescatar la religiosidad, los valores cristianos, afianzar la nueva evangelización, profundizar en la fe y aterrizar la Iglesia a las nuevas realidades. Y en este campo, el mensaje renovador estará centrado en la juventud, el mejor semillero para imponer el nuevo sello. En esencia, el Sumo Pontífice quiere una Iglesia misionera, que salga de la sacristía, que esté en la calle, y proyecte una imagen de gran simplicidad y humildad, que se unte de pueblo, y sienta con él, sus angustias. No una Iglesia jerárquica, ostentosa, elitista, alejada de las grandes realidades sociales y políticas.
Aunque el papa Francisco no apunta a hacer proselitismo, su visita tendrá repercusiones políticas. En este campo demostrará la capacidad de la Iglesia de establecer relaciones con los gobiernos de la región y fuerzas sociales que incluyen un alto grado de secularización. Y más cuando 14 de 21 naciones del continente tienen regímenes de centroizquierda, incluido Brasil.
Con razón la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó que la visita del Papa Francisco a Brasil “está revestida de una importancia histórica y tiene un significado especial para América Latina".
“Su figura es un signo evidente de que las personalidades públicas pueden tener una posición humana y política diversa, comprometida con el bien común y no con sus propias prerrogativas”, anotó el analista Francisco Borba Ribeiro Neto.
Con su carisma, el Papa marcará el inicio de una nueva era misionera. Y aunque no lo pretende, será un actor político fundamental en América Latina. Su visita será el inicio de la reconquista.
“Aunque el papa Francisco no apunta a hacer proselitismo, su visita tendrá repercusiones políticas”.
Editorial
Con cuatro medallas de oro llegaron a Neiva los campeones panamericanos y suramericanos de lucha, Andrea Carolina Olaya y Hernán Darío Guzmán. Un merecido reconocimiento a quienes sacaron en alto al Huila, pese al poco apoyo que recibieron.
