La Nación
Para aquellos que no recuerdan 1 19 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Para aquellos que no recuerdan

 

Jorge Fernando Perdomo

 

Hace muchos años, cuando el Huila era remanso de paz, a solo una hora de distancia de la capital, era frecuente visitar un hermoso municipio bautizado, la “despensa del Huila” por su riqueza agropecuaria, su exuberante naturaleza y la bondad de sus gentes.

De un momento para otro, el deterioro del orden público se hizo evidente por el asentamiento de las Farc en esa región, y sobre todo, la considerada columna elite de la guerra por parte de ese grupo terrorista, la “Teófilo Forero”.

Como casi siempre sucede en este país del sagrado corazón de Jesús, los huilenses observamos impávidos como la violencia se enseñoreaba en esa comunidad y comenzó a extender sus tentáculos por municipios vecinos, particularmente la ciudad de Neiva que se vio azotada por la extorsión, el secuestro, el asesinato, sin que el estado tomara decisiones oportunas, para contener lo que sería la época de barbarie más tenebrosa que recordemos y que nos dejó un legado de muerte, dolor y sangre.

Hoy, después de varios años de una tranquilidad relativa, producto del acuerdo de paz, cuando los “algecireños” volvían por sus fueros de hombres del campo, a cultivar sus parcelas, ampliar sus hatos ganaderos, creando riqueza, la intranquilidad regresa, generando zozobra y el temor de que aquella historia se vuelva a repetir.

Por eso insistimos, a todos los estamentos gubernamentales, particularmente a las fuerzas de seguridad que lo que se está gestando en Algeciras es muy grave y no se puede minimizar, debiéndose proceder con prontitud y toda la fortaleza del estado a combatir lo que hoy puede ser una incipiente evidencia del recrudecimiento de la violencia pero que como lo enseña el pasado, “Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla”.

Algeciras, no merece repetir la historia del abandono y la violencia; Algeciras, merece toda la atención del estado, no solamente desde el punto de vista militar, sino por todo lo que puede significar como enseñanza para todas las generaciones del futuro, que si una región no se abandona a su suerte como ya sucedió y más bien se arropa con inversión social, puede dejar atrás el pasado y construir con optimismo el futuro.