El dedo en la llaga En las facultades de derecho se enseña que el derecho punitivo es una forma de control social y debe ser la última medida a la que se debe acudir, priorizando otras formas de control antes que la represiva. Sin embargo, la realidad demuestra que siempre que sale una noticia, algún congresista pantallero señala que aumentará las penas, eliminará beneficios procesales o creará el delito. Eso está pasando con el caso de la bebe secuestrada y recuperada en Bogotá, donde paradójicamente, la secuestradora está en libertad y el papá de la niña, víctima de un delito, se encuentra ad portas de ir a la cárcel. La ley penal dispone que quien haya tenido relaciones sexuales con una niña o niño, menor de catorce años debe estar al menos doce años en la cárcel. Cumpliendo con su papel y tal vez en aras de poner el dedo en la llaga de los embarazos tempranos o de madres adolescentes, el director del Icbf instauró denuncia penal en contra del padre de la bebe. El año pasado, 6.150 niñas menores de catorce años fueron madres. ¿Será que esto es un problema del derecho penal? No lo creo. Si fuese así, cada año habrían 6.000 nuevas personas en las cárceles de Colombia y en cinco años, fácilmente 30.000 hombres, padres, jóvenes y esposos harían colapsar el sistema penitenciario, que hoy, per se, ya está en crisis. El problema es de todo tipo, cultural, porque para muchos padres es normal que sus hijas tengan relaciones desde temprana edad, de hecho las alientan a que tengan novios de manera pronta, además que tenemos la herencia en donde nuestras madres o abuelas se casaban muy joven. También es educativo, en la medida en que a nadie a los once, doce o trece años se le enseña el valor de la relación sexual, ni a protegerse para no quedar en embarazo, y en eso la religión juega un papel determinante toda vez que desde el punto de vista del pecado, inhibe para que los menores tengan una adecuada educación sexual. Finalmente, está el tema social, que se relaciona con la falta de planeación en la procreación, los jóvenes no encuentran lugares idóneos para hablar de estos asuntos y pedir los métodos de planificación propios. El Icbf debería convertirse en un centro de educación sexual permanente, en donde dispensen de manera gratuita todos los métodos para la planificación, sino terminaremos como en el caso denunciado, a una delincuente libre, a una víctima en la cárcel, a una esposa sola y a una niña huérfana. Que tragedia.