Bullía el proceso 8.000. En un club de Chía, la promoción centenaria de abogados de la Universidad Nacional, festejaba su aniversario, y la elección de nuestros compañeros de curso Libardo Rodríguez como Consejero de Estado, Jorge Castillo Magistrado en la Corte Suprema, y Adolfo Salamanca (q.e.p.d.) nombrado Vice-fiscal General. Estábamos todos; numerosos Consejeros, Magistrados, y profesores compartían en quórum, nuestra fiesta. Tema obligado sobre manteles: el juicio a Samper. ¿Lo llevaría la Corte? ¿La Cámara? ¿Asumiría el Designado? ¿Nulidad electoral? Samper, Serpa y Botero tambaleaban en cínicas mentiras, mientras Álvaro Gómez sentenciaba: “Samper no puede irse; tampoco puede quedarse”. Crisis total. En nuestras reuniones, cada compañero intervenía con poemas, chistes, anécdotas, canciones etc. A mi turno, solicité una guitarra; en sol mayor, alto el timbre y firme el tono, canté la siguiente parodia de Egoísmo, tema del cantautor Reinaldo Armas: “En silencio: he sufrido tantas penas, esperando la condena, que esta corte le impondrá” ¿Quién será? ¿Un pillo que por la espalda, le meten plata por cajas y que ni cuenta se da? En silencio: ¡digan quién es el travieso, al que el fiscal Valdivieso, va a tener que capturar! ¿Quién será? ¿Al que Adolfo Salamanca, cada vez que habla lo espanta, pues le dice la verdad? Así es Gaviria, el que le marcó el camino, con la entrega del poder; lo hizo mal, sabiendo bien, que estaba sobre la ruta, del amigo de un cartel; no he de perder, déjenme seguir luchando, para saber si es Botero, Serpa, Medina o Samper. Soy sincero; aunque tiene más defectos, es el cínico perfecto, que aparenta ser normal. ¿Quién será? ¿El que es capaz de hacer todo, la muerte del jefe godo y la mona Montoya? Así es Gaviria… se repitió y terminó así: …no hay más que hacer, que gobierne el Designado, pues estamos muy cagados si seguimos con Samper ” Ahora que Rodríguez Abadía jura haber entregado 10 millones de dólares en efectivo a Samper y que Serpa, facilitó la compra de Mogollón y su cámara por un millón de dólares para absolverlo, canta de nuevo mi guitarra en sol sostenido mayor, a esa corte sorda, que debe reabrir el proceso, y los nuevos mejores amigos de Santos para Catatumbo y Nicaragua, renunciar a cualquier prescripción. Dios permita que al oído del mártir Gómez Hurtado, hayan sonado las notas de mi temprana y oportuna denuncia y que vigile los pasos de los jueces de sus asesinos, porque todo cuanto estos callan, su corazón lo sabe.