La Nación
COLUMNISTAS

Paz vs. corrupción

Un nuevo viento de optimismo envuelve el proceso de paz en Colombia. Gobierno y Farc han manifestado beneplácito por la decisión unánime del Consejo de Seguridad de la ONU de establecer una misión política para verificar el alto al fuego y la dejación de armas, una vez alcanzado el acuerdo final de paz. El Secretario General de la ONU presentará prontamente las recomendaciones sobre el tamaño y operaciones de la misión.

Casi simultáneamente, se han dado a conocer los resultados de la evaluación hecha por Transparencia Internacional a 168 países para el año 2015, según la cual Colombia continúa ocupando el puesto 83 en materia de percepción de la corrupción, el mismo puesto que en 2014. En una escala de 0 a 100, el país obtuvo apenas 37 puntos. Entre los 26 países de América evaluados Colombia ocupa el puesto 12 y se ubica por debajo del puntaje  promedio en el Continente (40), bastante atrás de países con calificaciones aceptables como Canadá (83), Estados Unidos (76), Uruguay (74) y Chile (70).

Según Elizabeth Ungar, Directora Ejecutiva de Transparencia Internacional, la corrupción en Colombia representa un grave riesgo para afrontar el posconflicto que se avecina, 37 puntos no son suficientes para garantizar la construcción de una paz estable y duradera. El posconflicto –señala la experta- requiere de un sistema judicial transparente y no corrupto, de unas fuerzas de seguridad confiables, de órganos de control eficaces e independientes y de una rendición de cuentas minuciosa y permanente por parte de los gobernantes.

Como lo ha establecido Transparencia Internacional, los países mejor calificados presentan las siguientes características comunes: existencia de altos niveles de libertad de prensa; acceso del público a los presupuestos e información disponibles sobre el origen de los dineros públicos y de qué manera se invierten; altos niveles de integridad  ética de quienes ocupan los cargos públicos; órganos de control técnico independientes , y un poder judicial imparcial, también independiente de otros sectores gubernamentales.

A pesar de los esfuerzos realizados desde el gobierno nacional para enfrentar el fenómeno de la corrupción bajo la consigna de ejercer “un buen gobierno”, los resultados no son los esperados. Para Camilo Enciso, Secretario de Transparencia de la Presidencia, no se pueden medir la eficacia de los esfuerzos del Estado en dos años, sino en un largo plazo. Se requiere del esfuerzo conjunto de la sociedad y los sectores público y privado. El funcionario señala: “Nos enfrentamos ante una paradoja, pues entre más duro golpeamos a la corrupción y más se visibiliza, crece la percepción”.  Percepción o realidad, urge combatir con mayor eficacia la corrupción, principal enemigo de la paz.