La Nación
Periodismo, pero de verdad 1 28 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Periodismo, pero de verdad

Alexander Molina Guzmán

 

Un hecho de mucha importancia sucedió en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, que dio como ganador a Joe Biden y despidió de la presidencia a Donald Trump, y fue que importantes televisoras como ABC News, CBS News y NBC, suspendieron el discurso de Trump en el que estaba diciendo que le robaron su reelección, pero lo decía sin pruebas. Esas cadenas televisivas cortaron la transmisión porque, literalmente, dijeron que Donald Trump estaba desinformando, estaba haciendo un discurso sobre falsedades; incluso, redes sociales como Facebook y Twitter etiquetaron mensajes de Trump como potencialmente engañoso.

Ojalá que esa posición que tomaron esos medios de comunicación frente al discurso y mensajes mentirosos del saliente Presidente de los Estados Unidos sea un punto de inflexión para que el periodismo se ponga más serio y comience a cortarle las alitas a los mentirosos, a los desinformadores y propagadores de falsedades. Y eso no puede catalogarse como censura, por lo siguiente: si el propósito del periodismo es proporcionar a los ciudadanos información basada en verdades, no puede entonces ser caja de resonancia de mentirosos y prestarse para propagar falsedades.

Los medios de comunicación deben contrastar la información que va ser trasmitida, por la persona que sea, y decidir, así sea en vivo y en directo, parar una trasmisión si considera que se está desinformando o propagando mentiras. Ese es el verdadero periodismo.

El periodista de verdad debe confrontar a su entrevistador si considera que está diciendo cosas sin argumentos serios y verificables, y está es echándose un discurso dirigido a desinformar, a generar odios y avivar la violencia; que está en la obligación, el periodista, de desmentir a su entrevistado porque los ciudadanos esperan son verdades verificables y comprobadas.

Es un insulto para los ciudadanos que el “periodismo empresarial”, con el solo objetivo de ganar audiencia y dinero, le abra los espacios a mentirosos de profesión sin ton ni son. En resumidas cuentas, la libertad de expresión no quiere decir que un medio de comunicación le abra el espacio de la misma manera a las verdades y a las mentiras. Si la verdad, hay que repetirlo, es el centro del periodismo, la mentira debe ser descubierta y los mentirosos desmentidos.

Las redes sociales ojalá sigan en la misma tónica y etiqueten los mensajes mentirosos como lo que son: mentirosos. Y la ciudadanía tiene que actuar en este tema, pues los ciudadanos tienen que exigir un periodismo de verdad, periodistas que se comprometan es a informar con veracidad y confronten a los mentirosos; que no estén comprados por ninguna ideología política o sean militantes de ella.