Colombia definirá hoy su destino, en una inédita y apretada contienda electoral entre dos candidatos alejados de los partidos. El voto en blanco y el segmento de indecisos podrían inclinar el balotaje. Análisis.
RICARDO AREIZA
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Por primera vez en la historia del país, Colombia librará hoy una reñida elección presidencial, donde los partidos históricos, no serán los protagonistas y sus jefes naturales no serán ni siquiera actores de reparto.
Rodolfo Hernández, considerado como un popular ‘outsider’, el competidor desconocido, ganó su pase a la segunda vuelta por un movimiento independiente, con un discurso de cambio sencillo pero efectivo, enarbolando como su principal bandera la lucha contra la “robadera” y las maquinarias políticas tradicionales.
Petro, quien obtuvo la más alta votación en la primera vuelta, con una mayor trayectoria política llegó con una coalición progresista, imbatible en todas las encuestas con una propuesta de cambio más estructurada, más técnica y por eso mismo, más compleja para explicar en pocos minutos.
Sin duda, esta será una de las elecciones más reñidas en la historia de Colombia, en donde ambos candidatos coinciden en un cambio, distinto al viejo establecimiento, y ambos han insistido en cerrar la confrontación y abrir diálogos para construir un consenso. Eso revitaliza. Pero los dos encierran grandes distancias.
Fuera de escena
Por primera vez en la historia del país en esta contienda comicial los partidos tradicionales están fuera de escena. También sus jefes naturales, totalmente relegados después de la primera vuelta, como los ex presidentes.
La coalición Centro Esperanza dejó en libertad a sus integrantes. Una gran mayoría adhirió a Petro. El Partido de la U, fundado por el uribismo, hizo lo mismo. Solo Carlos Amaya, la tercera votación en la consulta, se sumó a Rodolfo.
Figuras como Luis Gilberto Murillo, fórmula vicepresidencial de Fajardo; el congresista Guillermo Rivera, jefe político de la campaña; Juan Fernando Cristo, jefe de debate; la senadora Angélica Lozano, el ex alcalde Antanas Mockus y los congresistas electos Ariel Ávila y Catherine Juvinao se sumaron al Pacto Histórico.
Un sector del resucitado Nuevo Liberalismo encabezado por Iván Marulanda, Mábel Lara y Yolanda Perea se rebeló contra la decisión de los hermanos Galán y se sumó a Petro. Incluso el ex senador Rodrigo Lara Restrepo se apartó de esa decisión y cuestionó la “negociada” adhesión.
Rebeldía liberal
El director del Liberalismo Cesar Gaviria, quien apoyó de frente a Fico en la primera vuelta, guarda silencio. La declaración pública de adhesión revalidando esa decisión inconsulta, nunca salió. En cambio otro sector del liberalismo se apartó de las directrices y se sumó a Petro.
En el Huila, el liberalismo villalbista con su bancada está esa misma tónica. El diputado Orlando Ibagón el único diputado liberal progresista se puso la camiseta del Pacto. Otros ex congresistas como Héctor Javier Osorio también llegaron para sumar. Desde antes lo hizo Orlando Beltrán, de reconocida trayectoria liberal como Luis Fernando Velasco.
El representante electo Andrés Tovar se subió a la Rodolfoneta mientras sus mentores están en la otra orilla.
Germán Vargas Lleras, tampoco se ha pronunciado, aunque se anunciaron pactos no confirmados con Gustavo Petro.
Pese a que el uribismo migró a sus toldas después de la primera vuelta, su jefe natural, Álvaro Uribe públicamente mantiene prudente distancia. Tampoco sus alfiles están en la campaña abierta. Macías, ni Prada, ni Lara Sánchez se sienten rodolfistas en el Huila.
Azules divididos
El conservatismo también se plegó como lo ha hecho desde hace 20 años pero sus jefes naturales están ausentes. Con excepción de la senadora Esperanza Andrade, cuya investidura termina el 20 de julio, el resto de la bancada está marginada. Tampoco aparece Pipe Lozada, quien no logró revalidar su credencial. En cambio otros sectores liderados por Tito Murcia, con una importante votación, o el economista Hernando Ruiz, sin ser petristas, se sumaron al Pacto como los ex ministros Rudolf Hommes, Alejandro Gaviria, José Antonio Ocampo o Cecilia López Montaño.
La estrategia
Sin embargo, en una contienda cerrada, con unos resultados que se anticipan estrechos, otras son las estrategias para proteger los votos y evitar su fuga intempestiva.
“La estrategia no es sumar. La estrategia es hoy cuántos votos se pierden”, explicó en CNN Esteban Salazar, coordinador de Democracia y Gobernabilidad de la Fundación Paz y Reconciliación de Bogotá. Según el analista paisa, el voto en blanco será el que en definitiva inclinará la balanza y terminará restándole a cualquiera de los dos candidatos.
“En esta oportunidad las encuestas demuestran, de hecho, que crece más el voto en blanco que la intención de voto por uno u otro candidato”, explicó.
Para el abogado Fernando Valencia Rivera, docente Universidad de Antioquia, la ecuación es simple: El ingeniero empezó la campaña a segunda vuelta con un caudal de 52% al sumar los seguidores de Fico, pero la encuesta que más lo favorece le concede un empate alrededor del 48%.
“A medida que explica su propuesta se van distanciando amplios sectores, y no necesariamente porque migren hacia Petro, sino porque no votarán en contra de sus propios fundamentos morales y religiosos, porque entienden los riesgos jurídicos y económicos de elegir a un personaje que desafía la ley y la justicia, porque al final su campaña recogió todos esos personajes que ya habían sido rechazados en la votación de primera vuelta”, explicó al semanario virtual Caja de Herramientas.
“En esencia, su horizonte no ha sido de suma sino de resta, al tiempo que ninguno de los seguidores de Petro le ha abandonado y capta buena parte del voto independiente”, subrayó.
Relocos papi
Sin duda, la llegada de Hernández a segunda vuelta, anticipada al final por las encuestas, resultó un escenario inesperado para el progresismo independiente. La meta era ganar en primera, creyendo que Fico sería su principal competidor y a quién podían ganarle con holgura, como también quedó evidenciado. Solo que Hernández, pisó el tablero y se convirtió segundo.
“Rodolfo Hernández, ingeniero de profesión, ha conseguido crear una imagen de viejito chistoso en TikTok e Instagram, conectando con el país farandulero, camandulero y superficial que finge que nada pasa mientras pasa de todo”, explicó Felipe Pineda Ruiz, director del Laboratorio de Innovación Política Somos Ciudadanos.
“Por eso, sus apariciones en bañador con actrices, influencers, y modelos, emulando a Hugh Hefner, en lugar de indignar, divierten a un amplio espectro de la sociedad”, anotó el investigador.
Hernández, sin una estructura política organizada, colocó en el eje de su slogan contra la corrupción, su única propuesta. Y caló.
Atajar a Petro
Su ascenso, más que sus propuestas resultó inflado, sin duda, por la “petrofobia”, una expresión de animadversión promovida por los sectores de la derecha radical y exacerbada por los medios de comunicación tradicionales que le sirven de caja de resonancia.
Ese “miedo irracional”, como lo denominó María Jimena Duzán, precipitó esa desbandada silenciosa que se plegó a Hernández para atajar a Petro.
De hecho, las reformas que anunció en temas claves, generaron ciertos temores, en sector del empresariado que ha tenido claros intereses. Esas reacciones del empresariado son apenas normales en medio de un debate público. Pero otra cosa, son las decisiones que cualquiera de los dos candidatos tenga que adoptar, cuando uno de ellos llegue al “Solio de Bolívar”.
Gobernar por decreto en medio de un estado de conmoción interior, como ya lo anticipó Hernández, no será tan fácil, aunque tenga redactados los proyectos que proferirá el primer día de la posesión, como también los exhibió.
Y menos, acabar con las embajadas y consulados, o con la Casa de Nariño, o abolir de su un solo tajo las garantías y conquistas laborales, sin tener aseguradas unas bancadas en el congreso.
Y menos aún, revivir la reelección, constitucionalmente sepultada, cuyo blindaje protector impedirá su fácil exhumación. El sistema de pesos y contrapesos y el engorroso trámite impedirá su resurrección. La reelección quedó proscrita por mandato constitucional.
Sumas y restas
En este apretado contexto, cualquier pronóstico será arriesgado. Nada está cantado y cualquier cosa puede pasar.
De hecho, el voto en blanco y el segmento de indecisos podrían inclinar el balotaje.
“Todo lo que estaban mostrado las encuestas era que había un empate técnico. Pero además que no había más de un 2,5 por ciento de indecisos. Eso significa en términos estadísticos es que los petrista van a votar por Petro y los rodolfistas por Rodolfo y no los iba a cambiar nadie. Entonces los que van a definir finalmente serán los indecisos”, afirmó el analista Jaime Ramírez Plazas, docente de la Universidad Surcolombiana.
Los indecisos varían entre un 2,5% y un 5% de voto en blanco, una votación que podría decidir por algún candidato en segunda vuelta.
“Los últimos resultados de las encuestas nos presentan un panorama tan cerrado entre ambos candidatos que sería muy difícil decir con certeza hacia dónde o quién se podría beneficiar con un aumento de la participación o incluso por una reducción en los indecisos”, explicó el analista paisa explico a CNN el también analista paisa Santiago Silva.
“Mientras Petro se mantiene expuesto, Hernández se ha escondido. Uno es consciente de su capacidad, el otro teme “embarrarla” con salidas en falso. El primero, no puede cambiar de un momento para otro y por ello mantiene su estrategia y discurso; el segundo, se apega a su estrategia de comunicación y a su precario discurso, pero sin exponerse en lo más mínimo”.
“Petro quiere ser garantía de estabilidad institucional mientras Hernández sabe que lo es para los sectores dominantes pero necesita mantener la imagen de ser un “antipolítico” y “antisistema”, apuntó el analista Fernando Dorado.
“Hay mucha gente que no le gusta a Petro pero que no le agrada Rodolfo terminará votando en blanco o anulando el voto. Ni para Dios ni para el diablo”, anotó Ramírez Plazas.
Hernández, con votos prestados, aportados por sus aliados, depende del esfuerzo de sus aliados. Y su estrategia de mantenerse alejado era proteger esos votos y evitar que se esfumaran.
“Lo otro que está claro: En la Costa vuelve y gana Petro, le repite la dosis y va aumentar. Lo mismo en el Pacífico y en el suroccidente. Los Char no han aceitado la maquinaria y en Santander Rodolfo llegó al tope. Bogotá le podrá más de un millón de votos”, anticipó Ramírez Plazas.
Otra señal
Y en medio de este panorama se suma otra inequívoca señal: la sorpresiva solicitud de los congresistas del Partido Demócrata al presidente de Estados Unidos, Joe Biden y al Departamento de Justicia y del Tesoro, para que se investigue el origen de los dineros del candidato Rodolfo Hernández con los que habría comprado varias propiedades en ese país. Esa solicitud deja un manto de duda que puede representar otra clara señal de quien llegará a la Casa de Nariño.