La Nación
Petro y las FF.MM. 1 24 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Petro y las FF.MM.

Mario Andrés Huertas Ramos

 

Uno de los asuntos que más exige a un político, en ciernes de estadista, es comprender que las relaciones cívico-militares resultan vitales para el liderazgo de la política de seguridad y defensa nacional toda vez que, como presidente de la República, es el comandante de las FF.MM.

Así, bajo el supuesto de una presidencia de Petro vale la pena preguntarse: ¿Cómo entendería la cúpula militar que ahora su comandante es uno de sus mayores enemigos?, ¿qué legitimidad podrá tener sobre el resto de las FF.MM. un presidente que viene de la guerrilla?, ¿a quién designará como ministro de Defensa?

Interrogantes que surgen no solo por los recientes y habituales ataques de Petro a la cúpula militar sino por lo que representa, en esta materia, su programa de gobierno.

Dado el origen político de Petro, en la guerrilla del M-19, su relacionamiento con el sector castrense resulta marcado por la obvia desconfianza. Si bien es cierto que la insurgencia ha dado pasos estratégicos hacia la toma del poder, que es el objetivo final de la guerra revolucionaria, en Colombia nunca hemos tenido un mandatario, stricto sensu, proveniente de las filas guerrilleras.

En cuanto al programa, se debe precisar que el cambio de doctrina ya se ha venido gestionando, en virtud tanto del PEM 2030 (Plan Estratégico Militar) como de lo pactado en La Habana, hacia unos ejércitos de tierra, mar y aire multidimensionales. Es decir, cada vez más comprometidos con la contención de amenazas externas y como agentes de cooperación y asistencia militar en otros países, tal como se ha hecho en Centroamérica.

Surge entonces otro par de dudas: ¿a qué doctrina se refiere el hombre del M-19? Porque si de enemigos internos se trata, aún queda por combatir a las guerrillas del ELN y parte de las FARC. Luego, ¿cómo las enfrentaría cuando él mismo militó en otro grupo ilegal?

A propósito de la trasformación institucional de la Policía, es cierto que en otros países funciona como una entidad adscrita a otras secretarias o ministerios que no son propiamente los de defensa. Pero, queda la incógnita de si el verdadero objetivo es dar paso a una policía política que persiga a quienes simplemente ejerzan el derecho democrático a la oposición dado que la ascendencia democrática y legal de Petro es harto discutible.

Ahora bien, con respecto al desmonte del ESMAD, ¿qué unidad especial propone Petro para reemplazar este escuadrón?, ¿será sustituida por algo como Primera Línea?, y, para tales efectos, ¿nombrará como director -dado su carácter civil-  a Gustavo Bolívar?

En relación al servicio militar, no me sorprende lo populista de la propuesta, pues, parte de la población masculina rehúye el servicio militar so pretexto de la objeción de conciencia, invocando argumentos de identidad sexual, religión y otros.

Además, Petro ignora que la esencia del servicio militar obligatorio es contar con una reserva activa que a corto, mediano y largo plazo pueda movilizarse en caso de guerra exterior.

Por último, estamos tranquilos los colombianos de bien al saber de la vocación democrática de nuestras FF.MM., reforzada por su profesionalismo. La burocracia militar conoce perfectamente su rol en un régimen democrático. Prueba de ello, ha sido la respetuosa posición del poder militar frente al poder civil incluso en los momentos más oscuros de nuestra reciente historia.