La Nación
Piedras del Callejón 1 28 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Piedras del Callejón

 

Albeiro Castro Yépez

 

En los albores de la primera década de la actual centuria los aipunos se interesaron en la construcción de su producto turístico, tarea que permitió identificar un significativo yacimiento de arte rupestre, tal vez, uno de los más importantes del departamento del Huila. Petroglifos que se encuentran diseminados en un vasto territorio ubicado entre las estribaciones de la cordillera Central y el río Magdalena, en el ámbito popular los de mayor reconocimiento son los del Callejón, Patá y por supuesto Piedra Pintada convertida en el hito de la vía 45 como el anuncio de la entrada al territorio opita. Sin desconocer la existencia de varios estudios sobre el significado y valor de estos importantes vestigios, valdría la pena aprovechar el entusiasmo de la economía naranja para crear sinergias entre la comunidad y las autoridades locales para impulsar la documentación del área con el propósito de proyectar la creación de lo que podría llamarse el Parque de Los Petroglifos, proceso para el cual hoy la Universidad Surcolombiana a través del Programa de Antropología se prospecta como un buen aliado.

En los extensos recorridos por la zona nos llamó la atención la nutrida presencia de palmares en un paisaje tipificado como de bosque seco tropical, los compañeros de expedición Cesar y Marta pronto nos advirtieron que los aipunos aprovechaban la cosecha de cuezcos para la elaboración de varios tipos de alimentos, entre ellos, la panucha, la chicha y la mantequilla. El proceso de elaboración de estos bocados es muy artesanal, todos inician con el machucado del cuezco, actividad que le da sentido al remoquete, pues a los aipunos también se les denomina como los “machuca cuezcos”, singular actividad que revela otro secreto, pues se dice, que por realizar esta tarea los aipunos tienen una mano más grande que la otra.

La elaboración de las panuchas es un proceso simple se inicia con la machucada de los cuezcos para obtener la fibra a la que coloquialmente le llaman ripio, suavizándola con su propio jugo, luego se le agrega la harina de trigo, la cuajada y la mantequilla, por supuesto sal al gusto, para finalmente llevarla a cocción. Las panuchas se convierten entonces en un delicioso y fino bocado para acompañar desayunos, medias nueves y segundillas, logrando trascender al estatus de refrigerio en algunos eventos oficiales del departamento del Huila realizados en el Centro de Convenciones José Eustasio Rivera, un manjar que vale la pena rescatar y volverlo a posicionar como uno de los selectos platos típicos del Huila. En cuanto a la chicha su sabor dulzón resulta agradable para acompañar platos fuertes como el Asado Huilense cuyo profundo sabor al ajo requieren de un acompañante para su mitigación sin opacarlo.