Pilas, señora Ministra de Salud. Por Cecilia López Montaño

Nadie duda de las altas calidades de la nueva Ministra de Salud, Beatriz Londoño. No solo es una médica muy competente, sino que su trayectoria por el sector público le aporta mucha experiencia que es fundamental para acertar. Muchos están felices con el cambio y la llenan de halagos. Por eso es bueno plantearle algunas serias dudas que otros tenemos y mostrarle también las debilidades que le vemos a su gestión. La primera preocupación es que como viceministra del actual Gobierno, cuando estaba Mauricio Santamaría como ministro de Protección Social, participó de esta colcha de retazos que han sido las actuaciones en este campo del Gobierno Santos. Parches por todas partes y denuncias que se han demorado en concretar y poner gente en la cárcel. Hoy se anuncian no 4 billones de desfalco del sector sino 1 billón, pero ha pasado demasiado tiempo y los culpables en la calle seguramente felices, como la mayoría de la gente de este país increíble. ¿Cómo hará la nueva Ministra para cambiar el estilo de gestión? La segunda preocupación es aún mayor. Si algo ha pasado en Colombia es que los funcionarios públicos, mientras no roben demasiado, pueden formular, sin duda de buena fe, políticas equivocadas, y quedan como héroes para la historia. Eso le ha pasado a muchos tecnócratas neo liberales que no obstante sus costosas terquedades siguen opinando en el país como dueños de la verdad. Uno de los méritos que se le destacan a la nueva ministra es que ha sido de la escuela de Juan Luis Londoño y por lo tanto del tristemente célebre equipo de la Ley 100. Hoy esa ley ha demostrado que fue un fracaso en pensiones y que logró cobertura en salud haciendo agua por cuatro costados, como reconoce la Revista Semana. Hasta los médicos que a veces se entusiasman apresuradamente cuando el gobierno les da gusto en algo, han salido con nadie menos que José Félix Patiño, a denunciar que esta Ley 100 está acabando con la profesión médica. Por consiguiente, usted seguirá probablemente la misma línea anterior: no tocar la estructura del sistema que se hizo para otro país con mucha formalidad laboral, más equidad y menos pobreza. Es decir, para la Colombia que quisiéramos en 20 o 30 años. Pero resulta que no obstante los buenos vientos seguimos siendo la sociedad más desigual de la Región más desigual del mundo y uno de los países con mayor informalidad en el mercado de trabajo en América Latina. Es entonces real esta preocupación porque esa escuela a la que usted pertenece, creyó en su momento que el sector privado estaba compuesto de ángeles y que los demonios solo estaban en el sector público. Pero sorpréndanos Ministra que usted es una mujer capaz y con buenas intenciones. De verdad no siga con la misma escuela de siempre en el tema de la salud. No ignore los numerosos y serios trabajos que se han realizado en estos años. Escuche a quienes se han considerado malos por no compartir la ideología de más mercado y menos Estado. Guardamos la esperanza de que usted se atreva. Buen viento y buena mar. Pilas Ministra.

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