Focos y focos de incendios por varios departamentos. En el Huila se volvió pan de cada día por este mes de septiembre: un incendio aquí, otro allá, por acá y más allá. Se denuncia que son provocados, pero no hay capturados. Raro. Alguien comete el delito de provocar un incendio y “se hace humo”. La policía y la fiscalía tendrán que explicar por qué no hay capturados por matar la naturaleza, matar animales; poner en riesgo propiedades y la vida de las mismas personas. Y pirómanos hay por todos lados. Nos sobran y son letales por el poder que demuestran. Miren al tal “Ejército de Liberación Nacional” (ELN).
Investiguen ustedes mismos cuántas negociaciones fracasadas hubo con esta guerrilla desde 1975 hasta la fecha y se darán cuenta de que ningún Gobierno “le sirvió” a esta organización, y siempre actuó de la misma forma: atentados en medio de la negociación. Este gobierno, el de Gustavo Petro, es el más favorable para una negociación final. ¿Por qué? Porque está adelantando las reformas sociales más profundas que no hicieron anteriores gobiernos. Cada reforma que ha emprendido el gobierno de Petro, es una forma de apagar un foco de incendio que se puede producir si no se hace esa reforma. Esas reformas sí son liberadoras en el sentido de dejar atrás viejas estructuras de inequidad, de exclusión, de pobreza y de injusticia.
El ELN presume de ser “de liberación nacional”. No está liberando al país de nada, ni de nadie. Quiere seguir atrapando al país en esa espiral de violencia que parece no tener fin, pero sí “tiene sentido”. ¿Cuál sentido? Pues que la marca “ELN” es un negocio ya estructurado, es un emprendimiento que tiene ganancias aseguradas. No hay un producto más seguro en sus ganancias que aquel que genera adicción y al mismo tiempo miedo: el dinero ilícito es más adictivo porque es el más fácil de conseguir, y si el medio que se utiliza es el miedo en sus distintas formas de ejecutarse, este fluirá constante como un manantial. En este sentido, la paz se hace con los pirómanos, pero si el pirómano no quiere dejar de serlo… No hay nada que hacer.
El mismo ELN lo confirma: “Aún en medio de las operaciones militares pueden continuarse los procesos de paz, eso han hecho en varios momentos diferentes gobiernos, ahora no puede ser la excepción”. ¿Qué les parece? Quieren seguir con la piromanía en medio de cualquier proceso de paz. Pobre el Huila, lidiando con los que provocan incendios forestales y, al mismo tiempo, sufriendo con otros pirómanos: las disidencias de las Farc.