La Nación
Placa huella en Timaná, tremendo fiasco 3 28 marzo, 2024
INVESTIGACIÓN

Placa huella en Timaná, tremendo fiasco

Los contratistas cambiaron el diseño y el sistema constructivo, ocasionando menor resistencia. La obra que costó $4.177 millones, registra desgaste prematuro, desprendimiento de agregados, múltiples fisuras y enormes grietas en el concreto que repercutió en la mala calidad.

 

RICARDO AREIZA

unidadinvestigativa@lanación.com.co

 

Aunque no lo crea, la zona cafetera de Cosanza en Timaná (Huila) no pudo disfrutar plenamente de la placa huella que costó 4.177 millones de pesos, provenientes de regalías petroleras.

La vía terciaria reportaba un trayecto de ocho kilómetros, en estado crítico y requería alta prioridad.  Después de 40 años de angustiosa espera, sólo se contrató la intervención de cuatro kilómetros para mejorar la movilidad en esta zona cafetera entre las veredas Montañitas, San Antonio, San Isidro, Santa Fe, Quinche, Naranjal, Cosanza y La Bolsa.

La obra incluía la construcción de pavimento en placa huella consistente, con un espesor de 15 centímetros, 5.50 metros de ancho de la vía con una longitud de cuatro kilómetros.

El contrato fue suscrito el 30 de diciembre de 2015, un día antes de terminar el año y el mandato del gobernador Carlos Mauricio Iriarte. Ese mismo día giraron al contratista el anticipo 1.671 millones de pesos.

La vía pavimentada según el contrato, debía entregarse terminada, en agosto de 2016. No obstante, pasaron casi dos años, se terminó a medias y con enormes deficiencias estructurales,  al borde de la pérdida total.

La placa huella construida en concreto hidráulico registra actualmente un desgaste prematuro en la capa de rodadura de la placa huella en todo el primer tramo, excepto el ramal que une el restaurante escolar con el colegio. La falla se presenta de manera intercalada en los otros tramos.

Un reporte técnico realizado por la Unidad de Regalías comprobó que la obra presenta además, desprendimiento de agregados, múltiples fisuras y grietas en el concreto de recubrimiento de la piedra pegada.

El separador se ejecutó en toda la extensión de la obra de manera diferente como está contemplado en los planos de diseño suministrados por la entidad contratante.

“La piedra debería quedar a la vista con resalto, pero fue cubierta por una capa de concreto, contraviniendo el diseño y los planos suministrados por la entidad contratante y los lineamientos técnicos establecidos por el Invías”, precisó el perito.

La obra presenta fisuras transversales en algunas losas de la placa huella y en las estructuras en concreto de algunas alcantarillas.

“Existen cinco  alcantarillas deterioradas por fisuras y grietas en sus estructuras de concreto. No se hizo la aplicación del sello en asfalto en las juntas de construcción”, asegura el reporte técnico consultado por LA NACIÓN. Además, sobre la obra se vierten las aguas lluvias y residuales de una vivienda, presentando infiltración y poniendo en riesgo de socavación estas estructuras.

A pesar de las graves fallas y mala calidad de la obra, el  contrato fue liquidado, sin observaciones, con un porcentaje de ejecución financiera del 99.94 %.  La Contraloría anunció que tomará medidas.

 

La contratación

El contrato de obra 1176-2015 se ejecutó con recursos provenientes de regalías directas, incorporados en el presupuesto, tenía un plazo de ejecución de ocho meses y costó 4.177 millones de pesos.

El acta de inicio fue firmada el 18 de febrero de 2016 por el representante legal del consorcio Placa Huella Timaná, Gustavo Adolfo Lamilla Rojas; y el representante legal de Sota Ltda Benjamín Barrera Arciniegas como interventor. Por la Gobernación firmó Henry Liscano Parra en la calidad de Secretario de Vías e Infraestructura del Huila (Hoy gerente de las Empresas Públicas de Pitalito).

El contrato de obra modificado en dos oportunidades y tuvo varias prórrogas. En la última se introdujo un otrosí modificatorio de las obligaciones y garantías al contrato. El 21 de diciembre de 2016 volvió a prorrogarse el plazo extendiéndolo en total por diez meses.

El contrato fue suspendido en tres ocasiones por las fuertes lluvias, según los contratistas. “La fuerte ola invernal generan taponamiento en la vía de acceso al sitio de ejecución lo cual no ha permito cumplir con la programación establecida”, afirmaron.

Después de casi dos años de traumática ejecución la fue entregada, sin objeciones, a pesar de las demostradas fallas y el acelerado deterioro de la obra.

El 27 de noviembre de 2017, se firmó el acta final de la obra y recibo a satisfacción, donde se manifiesta que el contratista cumplió con el objeto y las obligaciones de conformidad con lo establecido en el contrato y el 30 de mayo de 2018 se suscribió el acta de liquidación del contrato.  El acta fue suscrita por el ingeniero Henry Liscano, hoy gerente de Empresas Públicas de Pitalito.

No obstante, un equipo de la Unidad de Regalías de la Contraloría determinó graves falencias de la obra y calculó los daños en la suma de 1.195 millones de pesos. Este valor resulta del cálculo de la obra inestable, de las fallas estructurales y la mala calidad en la ejecución de esos tramos de placa huella, del separador en piedra pegada y alcantarillas.

Placa huella en Timaná, tremendo fiasco 9 28 marzo, 2024

Fallas estructurales

“La mala calidad de la obra; evidenciada en la capa de rodadura de la placa huella en varias secciones, el desprendimiento de agregados en el concreto de recubrimiento del separador, fisuras y grietas encontradas en cinco alcantarillas, a todas luces, se traduce en fallas estructurales generadas en la fase constructiva, comprometen seriamente la estabilidad de la obra”, concluyó la contralora Delegada Intersectorial  Dora Estela Moreno.

La débil supervisión y la falta de rigor de la interventoría propiciaron las anomalías. Al revisar la bitácora no se encontraron los registros de las respectivas fallas comprobadas, ni los reportes y muchos menos requerimientos al contratista para subsanarlas.

 

Lo que pasó

LA NACIÓN estableció que con el aval de las entidades oficiales, durante la etapa contractual, los contratistas y el interventor, modificaron la forma de ejecución de la obra y cambiaron arbitrariamente los diseños.

Según los diseños y especificaciones entregados por la entidad contratante, deberían haberse ejecutado con la piedra pegada a la vista con resalto y no como se hizo cubriendo la piedra con una capa de concreto, de menor resistencia, lo que repercutió en la mala calidad de la obra.

“En este caso hubo una gestión fiscal antieconómica por la inversión de dichos recursos en la construcción del proyecto, que tenía el propósito de mejorar las condiciones de movilidad vehicular y pasajeros en la vía terciaria del municipio de Timaná”, anotó la contralora Delegada.

En su criterio, esta situación permite establecer que con esta inversión no se cumplen los fines del Estado, no se brinda bienestar general, ni solución tampoco de mejoramiento a las necesidades básicas insatisfechas de movilidad en este territorio”.

“Por lo tanto, añadió, estamos frente a un daño patrimonial al Estado, representado en el detrimento, producido por una gestión fiscal antieconómica, ineficaz, ineficiente, e inoportuna”.

La funcionaria aseguró que existen indicios serios respecto a que dicha actuación fue ocasionada por los servidores públicos que suscribieron, liquidaron, pagaron y recibieron las obras derivadas del Contrato No. 1176 de 2015, así como de la responsabilidad del contratista que ejecutó una obra inestable y con fallas estructurales.

“No sólo basta con estructurar un proyecto y plasmarlo en un contrato, sino que frente a la necesidad social y ante una comunidad que requiere de resultados, se hace imperiosa su materialización en términos de oportunidad y calidad, entre otras, circunstancias que en el presente caso no se observan pues pese a los importantes recursos públicos invertidos la obra se encuentra en mala calidad”, concluyó.

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Los contratistas cambiaron los diseños y el sistema constructivo pactado, generando menor resistencia.

Presuntos responsables

Con los soportes técnicos aportados, la Unidad de Regalías anunció la apertura de un proceso de responsabilidad fiscal por los daños reportados, calculados en 1.195 millones de pesos.

El proceso se adelantará contra el consorcio Placa Huella Timaná, dueño del contrato, representado por Gustavo Adolfo Lamilla Rojas.

Además, vinculó a las empresas Incivil SAS, Seingecol SAS., miembros del mismo consorcio;  Oscar Hernando Andrade Lara, William Alexander Polo Polanía, miembro del consorcio Sociedad Técnica Sota Ltda, representado legalmente por Benjamín Barreiro Arciniega  en calidad de interventor.

Igualmente vinculará como presuntos responsables fiscales a los jefes de contratación de las dos últimas administraciones, entre ellos  Camilo Andrés Guzmán Torres, quien firmó el contrato inicial. Cesar Augusto Serrano Quimbaya, quien suscribió el acta de liquidación sin reparos y Juan Carlos Casallas Rivas,  quien suscribió el otrosí, modificando el contrato y permitiendo el cambio del sistema de construcción.

También responderá Henry Liscano Parra en su calidad de Secretario de vías e Infraestructura quien firmó el acta de recibo final a satisfacción y el acta de liquidación del contrato de obra pública sin ningún reparo.

Finalmente tendrá que responder Martín Hernando Londoño Chávarro en su calidad de supervisor del contrato de interventoría. Como tercero civil  será vinculada la compañía de seguros La Confianza.

 

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La otra cara

El supervisor confirmó las fallas en los distintos componentes de la obra y requirieron al contratista y al interventor para corregirlas con el objeto de evitar un mayor deterioro y asegurar la estabilidad y durabilidad de la obra ejecutada.  Igualmente confirmó las fisuras transversales de algunas losas, el sello de asfalto en las juntas de construcción, deterioro de alcantarillas y las aguas lluvias y residuales, entre otras.

“Con relación al concreto ciclópeo instalado en la franja central de la placa huella no se evidencia deterioro de la totalidad de la obra construida, por lo cual no se puede indicar mala calidad en toda la obra por el proceso constructivo”, reportó el encargado de la supervisión.