La Nación
EDITORIAL

El poder del perdón

Estuvo esta semana en la capital del Huila Natalia Ponce de León, la mujer símbolo de la lucha contra los ataques con ácido en Colombia. Lideró el conversatorio “El poder del perdón”, que contó con el apoyo del Grupo Informativo LA NACIÓN.

Natalia sobrevivió a un ataque con ácido sulfúrico que le produjo quemaduras en la tercera parte de su cuerpo y escucharla hablar, además de impactante y sobrecogedor, es inspirador. Detalló lo que ocurrió el 24 de marzo de 2014, cuando a su apartamento en Bogotá llegó su verdugo y le arrojó ácido dos veces. “Gritaba como una loca, estaba sintiendo cómo se derretía la ropa, se me caía la piel, perdía la vista. A mi madre le dio un infarto al verme en ese estado, le dio el síndrome del corazón roto”, fueron algunas de las cosas que contó ante cientos de huilenses que acudieron la noche del jueves pasado al centro de convenciones “José Eustasio Rivera”. Sin lugar a dudas, un relato desgarrador, que Natalia acompañó permanentemente de fotos de su vida antes y después del ataque.

Pero lo más importante no fue la historia del ataque ni los detalles de las 30 cirugías a las que ha debido someterse ni lo que sintió cuando volvió a verse frente a un espejo, fue la forma en que logró superar semejante episodio de horror. De cómo Natalia surgió de las cenizas como el ave fénix. Ella entendió que la belleza no es física, que la familia es clave para salir adelante y que la envidia es el peor sentimiento que puede albergar una persona. Y este fue el esperanzador mensaje que le entregó a los huilenses.

De valorar también de Natalia Ponce la lucha que ha emprendido desde su fundación por ayudar a otras víctimas con ataques con ácido. Ella ahora pide que la ley que desde hace dos años lleva su nombre y que endureció los castigos contra quienes ataquen a otros con estas sustancias, se aplique, clamor al que todos deberíamos unirnos.

 

“Natalia Ponce entendió que la belleza no es física, que la familia es clave para salir adelante y que la envidia es el peor sentimiento que puede albergar una persona”.

 

EDITORIALITO:

Definitivamente, preocupante el incremento en el número de incendios forestales en Neiva, la mayoría de ellos provocados. Las autoridades deberían tomar atenta nota y sancionar a los responsables.