Hay preocupación por la baja renovación de cafetales en todo el país, que acompañado del fenómeno de La Niña se traducen en una contracción en la producción del grano. En el 90 Congreso Nacional de Cafeteros se resalta el liderazgo del Huila y cómo le apunta a mantenerse como referencia nacional. Cubrimiento especial LA NACIÓN.
CATERIN MANCHOLA
En el 2022 bajó el ritmo de la renovación de cafetales en todos los departamentos productores de café, mientras que el Huila cumplirá con la meta en un 80%, el país apenas y alcanzará el 60%.
Y esto es negativo debido a que para lograr una sostenibilidad en la caficultura deben cumplirse ciertas metas en reconversión, apostándole a variedades más jóvenes, resistentes al clima y a enfermedades, y más productivas, máxime de cara a la variabilidad climática que ya ha impactado la cosecha.
Por eso desde el gobierno y el gremio se les ha incentivado a los campesinos para que lleven a cabo la renovación tan pronto y termine el ciclo productivo de cada planta de café, apuntó el director ejecutivo del Comité de Cafeteros del Huila, Jorge Montenegro.
“El departamento venía renovando un porcentaje mayor de lo que le corresponde para garantizar la producción y rendimiento”, destacó.
Haciendo cuentas, en Huila se deben renovar 16.000 hectáreas al año, de las 144.000 hectáreas con las que cuenta el departamento. Cerca de 116.000 hectáreas son productivas, las otras cerca de 30.000 hectáreas se están renovando.
A octubre el departamento llevaba 10.000 hectáreas adaptadas y al finalizar el año tendrá aproximadamente 11.500 hectáreas. Mientras que en el país, se ha efectuado este procedimiento en 48.000 hectáreas de las cerca de 80.000 hectáreas que se debería para este año.
“No se ha renovado porque el caficultor se ha pegado a los precios del café y ese puede ser un gran error”, anotó Montenegro. “A futuro tendrá inconvenientes en la productividad y si los precios del café se vienen a pique no tendrá cómo compensar la caída”, advirtió.
Huila lleva 12 años consecutivos con la más alta producción del grano y destronó a departamentos que históricamente habían tenido este reconocimiento, como lo es Antioquia. La región opita ha logrado mantener su producción mediante las buenas prácticas agrícolas.
Y de acuerdo con el director, para continuar con este liderazgo el departamento debe cumplir con las metas de renovación, aumentar las densidades de siembra, disminuir la edad de los cafetos, nutrir las plantas, entre otras acciones.
Esto además aporta a una mejor comercialización como producto diferenciado y de calidad.
La región opita aporta el 18,13% de la cosecha total del país, por debajo está Antioquia con un 14%, Tolima con 12% y el resto de departamentos productores del grano.
Jóvenes y resistentes
El director subrayó que debe hacerse renovación por soca cada 6 años y cada 18 años amerita realizar como tal nueva siembra, cortar el cafeto viejo y plantar nuevo, para que no envejezca la caficultura.
Pero el proceso no es tan fácil cuando se está ante un panorama de menos ayudas desde el Gobierno Nacional.
La reconversión en nuestro país depende de cuánto apoyo reciben los campesinos para realizar el cambio de árboles viejos por nuevos, indicó de su lado el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Roberto Vélez.
“Para que podamos mantener la producción en los niveles actuales, anualmente se necesita renovar el 10% de área cafetera, pero tenemos un atraso de casi un año, eso es preocupante”.
Añadió que faltan recursos y “desde el gobierno anterior no hubo un apoyo grande para la renovación, estamos a la expectativa del actual”.
Precisamente, el Ministro de Hacienda, José Ocampo dijo que le preocupa la renovación de cafetales en Colombia, pues “en el período 2016-2021 han estado por debajo del nivel óptimo, razón por la cual el porcentaje de cultivos tecnificados envejecidos ha comenzado a incrementar, al pasar de 14% en 2015 a 17% en 2021”.
Subrayó que “en la medida que los cafetales se envejezcan, la productividad por hectárea irá disminuyendo, afectando en última instancia el ingreso de las familias cafeteras”.
Por eso el gobierno liderado por Gustavo Petro tiene interés en respaldar económicamente el proceso. “La meta propuesta es renovar 84.000 hectáreas, equivalente al 10% del área sembrada, y consistente con las recomendaciones técnicas de Cenicafé. Con base en la estructura de tecnificación del parque cafetero, la expectativa es entregar incentivos a un poco más de 35.000 hectáreas de cafetales a renovar en 2023 a través de esta iniciativa”.
Y anotó que “esperamos que los Comités Departamentales de Cafeteros aporten los 15 mil millones de pesos ahorrados hasta la fecha para la cofinanciación de procesos de renovación en sus territorios”.
Huila liderando
De otra parte, frente a la productividad, el gerente general de la Federación manifestó que “el país cafetero es un poco más grande que la finca o el área que mira un productor, y hay zonas que producirán más café que el año anterior, por ejemplo, Santander, y en otras se mantendrá como Huila, Nariño y Cauca”.
En medio del fenómeno de La Niña que se ha prolongado por 29 meses, Huila no solamente es el primer productor del grano en el país, también es de los pocos que ha logrado mantener su producción gracias a la renovación de cultivos que se hizo en años anteriores.
Ese logro destacable de la caficultura en Huila se resaltó en el 90 Congreso Nacional de Cafeteros desarrollado en Bogotá.
Los registros de las fincas experimentales de la FNC en el suroeste antioqueño y el eje cafetero central evidencian que ha habido disminuciones en producción de hasta el 40%, “mientras que en el Huila, ha estado un poquito más abajo, nada que le haga daño a la caficultura”, sostuvo el gerente.
El comportamiento del Huila, mitiga la caía en la producción del grano en otros departamentos, sobre todo los del eje central cafetero.
El reto
Durante el Congreso el gerente alertó que “llevamos 29 meses seguidos en los que la lectura de lluvias mensual es superior al promedio histórico, es decir, con el fenómeno de La Niña, pasamos de una caficultura que estaba disparada en términos de renovación y productividad, a una que da un paso atrás por cuenta de fenómenos climáticos y de los buenos precios”.
El gerente subrayó que los buenos precios “hacen que los cafeteros pospongan su decisión de renovación un año o dos años más”.
Y emitió otra alerta: “tal vez estamos cerrando un clico de precios altos, pero es que también llevamos 5 años en los que los precios han estado en términos remunerativos para el productor, siendo tal vez el lustro de mejores precios desde que se rompió el acuerdo internacional”.
Adicionalmente, de acuerdo con la ministra de Agricultura, Cecilia López, “el sector cafetero ha sido el más afectado por las lluvias”. Más que otros cultivos como el arroz y la papa.
La variabilidad climática no solamente afecta a Colombia. Llama la atención y es un buen ejemplo que, durante la caída en su producción de café, Brasil llevó a cabo una importante renovación de más de 400.000 hectáreas que entrarán a producir en el 2023; y esas mayores cosechas están históricamente asociadas a precios bajos.
En Colombia, los cafeteros esperan que a partir de febrero del 2023 ya no haya fenómeno de La Niña. Y no se sabe cuánto puede costar la renovación que requiere el país; la cual asciende a 120.000 hectáreas durante tres años seguidos para ponerse al día en este aspecto.
Hoy finaliza el 90 Congreso y se espera contar con la visita del presidente Gustavo Petro al cierre del mismo.
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Reforma agraria cafetera
Ayer, la ministra de Agricultura, Cecilia López propuso que el gremio lleve a cabo una reforma agraria cafetera. El planteamiento fue “bien recibido”, destacó. “Me parece que este es un paso muy importante, de una madurez del gremio que reconoce que hay que hacer una operación distinta, tienen que pensar en que no pueden seguir con unos productores con tan poca tierra y a eso se agregan otras peticiones, como vivienda rural”.
Esta es una decisión de la Federación Nacional de Cafeteros, “deben pensar cómo lo hacen y el Ministerio los apoyará”, aseguró. Para la Ministra las cifras actuales del sector “son muy preocupantes: el 54% de los productores cafeteros se encuentran en la pobreza o vulnerabilidad. Una actividad que puede llegar a generar casi 4.000 millones de dólares en exportaciones por año no puede tener una cantidad de productores que contribuyan a esa generación en situación de pobreza”.
“El sector productor cafetero está lleno de microfundios, una reforma agraria cafetera es vital”.
Esta reforma es distinta a la reforma agraria que hará el gobierno.