Molestia en algunos sectores ha generado la “exposición” de la bandera del M-19 en medio del encuentro entre el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el expresidente de Uruguay, José ‘Pepe’ Mujica. El objetivo era condecorar al uruguayo con la Cruz de Boyacá, una de las más altas distinciones otorgadas por el Estado colombiano. El Presidente explicó su molestia y la razón de llevar la bandera.
La condecoración que le hizo el presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, al expresidente de Uruguay, José ‘Pepe’ Mujica, no cayó muy bien entre los ciudadanos, y no precisamente porque se le haya entregado la Cruz de Boyacá, una de las más altas distinciones otorgadas por el Estado colombiano, sino porque en medio del encuentro que se desarrolló esta semana, el mandatario de colombianos enarboló una vez más la bandera del M-19, grupo guerrillero al que perteneció.
Sobre este punto, se ha hablado de una supuesta tensión que se dio entre Petro y Laura Sarabia, cuya mirada denotaría desagrado o estrés. La funcionaria se ubicó en la parte trasera del evento, junto con otros acompañantes, y sostuvo la bandera en sus manos, sin extenderla.
Exhibición de colores
Este acto demostró para muchos que el presidente de Colombia insiste en levantar las banderas del M-19 ante otros líderes de izquierda latinoamericanos. Esto ya había sucedido en un sentido metafórico en octubre, cuando asistió a la toma de posesión de la mexicana Claudia Sheinbaum.
Este actuar de la primera autoridad de Colombia no solo es grotesco, sino revictimizante, indican varios sectores políticos, al querer reivindicar al M-19, una guerrilla de concepciones nacionalistas y bolivarianas que se hizo famosa, entre otras cosas, por la osadía de sus acciones, que incluyeron el robo de miles de armas de un cantón militar, el robo de la espada de Bolívar, el secuestro de una docena de embajadores en la sede diplomática de República Dominicana o el asalto al Palacio de Justicia, todo ello en Bogotá.
Una y van tres
Pero esta no es la primera vez que causa revuelo la “exaltación” de dicha bandera, algo que en Colombia ya ha desatado un intenso debate sobre la memoria histórica, los símbolos y la reconciliación. Esos colores suelen ondearse en las manifestaciones convocadas por el presidente y también se vieron en febrero durante una protesta frente al Palacio de Justicia, un lugar especialmente sensible por su historia.
De hecho, durante su propia posesión, hubo varios elementos que “enaltecieron” al grupo guerrillero. La primera orden de Petro como presidente, recién juramentado en la propia Plaza de Bolívar, fue traer la espada del libertador Simón Bolívar, que la guerrilla robó a comienzos de 1974 para convertirla en un símbolo de su naciente movimiento, y que devolvió después de sellar la paz. También la imagen de Carlos Pizarro, líder del M-19, apareció bordada en la espalda de la chaqueta de su hija, María José Pizarro, senadora de la República, cuando ella se encargó de ponerle a Petro la banda presidencial.
Petro Urrego, entre otras cosas, ha nombrado a antiguos militantes en posiciones sensibles, pues encomendó la ‘Paz total’, su política bandera, a figuras históricas de la guerrilla, como Otty Patiño, comisionado de Paz, y Vera Grabe, jefa negociadora en la mesa con el Eln. Igualmente han tenido cargos en la propia Presidencia de la República, en el sector de inteligencia y en algunas misiones diplomáticas.
El Presidente aclara la situación
El mandatario explicó que, hace exactamente 50 años, seis jóvenes militantes del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaro llegaron huyendo de la tortura y la muerte provocada por la dictadura uruguaya a Bogotá, y su intención era rendirles un homenaje, dado que con la creación del M-19 ellos enseñaron su experiencia en la lucha armada urbana y se quedaron combatiendo en Colombia.
“He ido a Uruguay a buscarlos y a entregarles su bandera. Creí posible que fueran a la condecoración de su antiguo compañero de armas y Presidente de la República, pero me encontré con la noticia de que ya todos estaban muertos. Quise pronunciar sus nombres, pero no se pudo, y de allí mi descontento. La bandera quedó guardada. Ya no estaban. Tanto el MLN como el M-19 hicieron la paz, abandonaron por decisión propia las armas”, contó.
Congresistas huilenses sentaron su posición
Luz Pastrana, representante a la Cámara por el Huila, rechazó enfáticamente este tipo de actos, debido a que, para ella, en eventos nacionales e internacionales, “es nuestro deber representar con dignidad los símbolos patrios que nos unen como colombianos. El uso de banderas asociadas al M-19 no solo desvirtúa esa unidad, sino que constituye una burla a nuestra historia y a las heridas de violencia que aún no han sanado”.
Manifestó que, “en un momento en que la violencia está afectando gravemente a las regiones, este tipo de gestos resulta profundamente desafortunado. Levantar la bandera del M-19 es un irrespeto para las víctimas que sufrieron a manos de ese grupo guerrillero. Las víctimas merecen memoria, justicia y dignidad, no actos que las revictimizan”.
Por su parte, el también representante a la Cámara por el Huila, Julio César Triana, sostuvo que es un grave error promover una bandera de un grupo que estuvo en armas, y más en un momento en el que el país está invadido por la inseguridad de los grupos armados.
“Realmente es contradictorio y lamentable que el Presidente de Colombia envíe estos mensajes desde el exterior, y que no asuma su rol como comandante en jefe de nuestras Fuerzas Militares para defender a los colombianos de este mal momento en materia de seguridad, donde los violentos y grupos al margen de la ley están fortaleciéndose”, precisó.
Leyla Rincón, congresista del Pacto Histórico, afirmó que la acción del presidente en Uruguay se enmarca en un acto público de reconocimiento a la trayectoria política y social del expresidente Pepe Mujica.
“El M-19 es un claro ejemplo del compromiso cumplido por parte de un grupo insurgente que se arriesgó a dejar las armas para continuar elevando las banderas de las transformaciones sociales, económicas y políticas a través de la paz. Este mensaje de reconciliación que representa el M-19 cobra gran relevancia para aquellos grupos armados y políticos que insisten en que Colombia no supere la violencia y la guerra. No se puede negar la posición política y la tradición del presidente Petro, quien, a través de mecanismos institucionales y democráticos, llegó a la cabeza del Gobierno Nacional”, insistió.