En los casi seis meses de presidencia de Gustavo Petro, han surgido fuertes cuestionamientos por varias de sus decisiones en diferentes sectores como la seguridad, el medio ambiente, el carcelario y últimamente en obras en ejecución como el metro de Bogotá.
Se pueden citar algunas de ellas, empezando por la decisión de convertir en gestores de paz a los detenidos de la autodenominada “Primera Línea”, jóvenes procesados por crímenes cometidos durante el llamado “Paro Nacional de 2021”, a lo que varios jueces han negado las solicitudes de libertad.
Luego vino la orden Presidencial del cese al fuego con la guerrilla del ELN. Sin embargo, este grupo desmintió cualquier acuerdo y se generó cierta tensión por la medida tomada unilateralmente.
Posteriormente, el Ministro de Justicia comunicó la intención de facilitar la salida a ciertos prisioneros, con el fin de descongestionar las cárceles y remediar el grave hacinamiento, propuesta que fue rechazada tajantemente por la Alcaldesa de Bogotá.
En el mismo sentido, el Gobierno pretendía levantar las órdenes de captura de temibles delincuentes de los grupos armados ilegales, como el Clan del Golfo y ‘Los Pachenca’ en el marco de la política denominada “Paz total”, a lo cual la Fiscalía General de la Nación se opuso férreamente por ir en contravía de la normatividad.
El último episodio que generó enérgica oposición de la Procuraduría por su inutilidad y el riesgo de despilfarro de recursos, ha sido el tozudo interés de Petro de soterrar el metro de Bogotá, lo cual alargaría su ejecución, la encarecería y generaría demandas contra la Nación.
Estas y muchas otras medidas reflejan por un lado, la preocupación del Gobierno de enfrentar problemáticas que llevan décadas sin solución (como el hacinamiento carcelario, la violencia o la lucha contra la desigualdad), pero por otro ponen en evidencia su megalomanía y el unilateralismo sin mirar consecuencias.
Ojalá el Presidente tome las decisiones de manera serena, consultada y discutida con todos los sectores, para no caer en el populismo y en escenarios semi-dictatoriales que no le hacen provecho al país.