La Nación
Política sucia 1 19 abril, 2024
COLUMNISTAS

Política sucia

 Miguel Rodríguez Hortúa

Hacemos parte de una sociedad altamente contaminada por el odio, la envidia y el resentimiento. Estas expresiones en el ámbito político están ligadas a la ambición exacerbada de ciertos dirigentes por quedarse por siempre, con el poder político y económico en todo el territorio.

En la época de la guerra fría los Estados Unidos a través de la escuela de las Américas con su doctrina fascista, diseñaron un macabro plan para destruir organizaciones sociales, personalidades y periodistas que expresaran alguna simpatía por las ideas marxistas, empezando por la estigmatización, amedrentamiento, tortura, desaparición y asesinatos selectivos.

Es larga la lista de militares dictadores en nuestra región, ex alumnos de esa perversa escuela, que hoy la historia los señala como los criminales más aberrantes del hemisferio latinoamericano. Desde luego sin quedarse por fuera de ese inventario, oficiales de nuestras fuerzas militares y políticos colombianos, que en esa época pasaron por la mencionada escuela del crimen, con sede en Panamá.

En Colombia son miles los casos de estigmatización, tortura, desaparición y crímenes selectivos orquestados desde las más altas esferas del propio estado y de la política. El asesinato de Jorge Eliecer Gaitán líder contradictor de los altos jerarcas del tradicionalismo político (9 de abril de 1948). El robo de las elecciones de Rojas Pinilla (19 de abril de 1970). El exterminio de la UP, más de cuatro mil hombres y mujeres señalados miserablemente de ser subversivos, asesinados por no aplaudir la corrupción de los dueños del poder. (década de los años 80).

El inolvidable episodio en pleno exterminio de la UP, cuando el ministro de gobierno Carlos Lemos Simmonds, (siendo Presidente Virgilio Barco), declaró en el noticiero de tv del medio día: “Bernardo Jaramillo es el brazo político de las farc”. Jaramillo que era candidato presidencial por la UP salió en el noticiero de las 7 de la noche y replicó: “el ministro de gobierno me puso la lápida en el cuello”. Al día siguiente Jaramillo Osa fue asesinado en el aeropuerto El Dorado.

Son incontables los crímenes contra la libertad de expresión y contra líderes sociales, entre ellos el de nuestro querido humorista y periodista Jaime Garzón, asesinado por poner en contexto publico la criminalidad de las mafias de la parapolítica.

Silenciar periodistas, jueces y dirigentes sociales, que en diversas formas y maneras condenamos la infamia; es propio en quienes se creen ser los dueños absolutos del poder. miguel.rh12@hotmail.com