Profundas reflexiones deja la gran jornada de limpieza sobre la cuenca del río del Oro, uno de los afluentes que cruza la cabecera municipal de Neiva, llevada a cabo en días pasados y promovida por la administración municipal.
La jornada implicó la movilización de funcionarios de varias entidades, trabajadores de diferentes empresas, líderes comunales y ciudadanía en general que hicieron un recorrido desde el Puerto de Las Damas hasta el barrio El Limonar, hallando material ordinario, escombros y material vegetal con un volumen aproximado de 240 metros cúbicos.
Al término de esta jornada, el alcalde Gorky Muñoz, autoridades y comunidad firmaron el Primer Pacto Ambiental por el Río del Oro, a través del cual todos ellos se comprometer a proteger esta fuente hídrica.
De entrada, es de valorar que la administración municipal lidere este tipo de iniciativas y que emprenda una cruzada a favor de este afluente, cuyo ecosistema es muy frágil por cuenta de la degradación ocasionada por la mano de los neivanos. Es evidente no sólo la contaminación de sus aguas sino la paulatina desaparición de su vegetación y biodiversidad.
Los neivanos son testigos a diario de la aberrante contaminación que sufre el río del Oro. Prueba de ello, son las 40 toneladas de basuras que fueron recogidas en los tres días que duró la jornada de limpieza.
Semejante grado de contaminación de un río es una bofetada para todos porque demuestra la falta de educación ambiental. Es claro que los neivanos han carecido de un proceso formativo para tomar conciencia de las formas de interacción entre la sociedad y la naturaleza. A los neivanos les ha costado entender que cuando hay pérdida y deterioro de los recursos naturales, la calidad de vida también disminuye.
Es clave además que las autoridades intensifiquen sus acciones y sancionen ejemplarmente a quienes insisten en contaminar el río del Oro.