La Nación
¿Por qué la desobediencia de hijos e hijas? 1 20 abril, 2024
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¿Por qué la desobediencia de hijos e hijas?

El educador e investigador del comportamiento humano, Washington Quiñones Moran, analiza las conductas de los niños y las niñas de hoy frente a sus padres y profesores. Llama a impulsar el acompañamiento y buscar los momentos para compartir. El educador  e investigador del comportamiento humano, Washington Quiñones Moran, analiza las conductas de los niños y las niñas de hoy frente a sus padres y profesores. Llama a impulsar el acompañamiento y buscar los momentos para compartir. Heber Zabaleta Parra LA NACION, Neiva Uno de los grandes dolores de cabeza de los padres de familia de hoy en día es la desobediencia, indisciplina, rebeldía, u otra palabra que refleje el considerado ‘mal comportamiento’ de sus hijos e hijas, quienes no cumplen reglas ni normas de conductas, sino que viven en un estado de aparente ‘independencia’. Es por ello que el educador e investigador del comportamiento humano, Washington Quiñones Moran, considera que la causa está “sencillamente en la falta de presencia y acompañamiento de los padres” Afirma que “los padres y madres no les estamos dedicando calidad de tiempo a nuestros hijos. No basta comprarles juguetes lujosos, si tú no compartes con ellos, hoy es el momento para empezar a  compartir las actividades cotidianas”. Basa su afirmación en que “nuestros hijos e hijas son muy inteligentes, saben manejar la situación a su favor, manipulan con gran facilidad y astucia, tienen la respuesta apropiada a cada situación”. Como ejemplo presenta expresiones del tipo “usted no me diga nada, que usted no es mi papá,  ni mucho menos se parece a mi mamá. Usted a mi no me regañe, no me corrija, no se preocupe por mí, déjeme vivir mi vida así, no se meta conmigo, no se meta en las cosas que no le importa, más bien preocúpese por usted mismo, profesor anticuado”. El educador opina que “hoy es ‘normal’ que nuestros hijos e hijas sean desobedientes, no escuchan órdenes ni mucho menos respetan las normas básicas de convivencia en casa, en el colegio o en la calle. Chatean hasta altas horas de la noche por consecuencia se levantan tarde y con sueño para ir al colegio, perdiendo las primeras horas de estudio”. Episodios para analizar Ante esta situación, pinta la siguiente escena: “el profesor se le acerca y le pregunta -¿Por qué no realizaste el ejercicio de matemáticas? El estudiante responde – no quise. El profesor insiste,  pero ¿por qué? El  estudiante de manera airada  responde con dureza: sencillamente porque no me dio la gana, ¿quiere saber algo profesor? ¡Ábrase que me estresa! El profesor como última alternativa de presión le dice: hoy mismo hablo con tus padres para que te corrijan”. “El estudiante se sonríe. Dígale, porque mi papá a mi no me dice nada, él no permanece en casa, todo el tiempo se lo pasa viajando de un lugar a otro, ya  que su trabajo se lo exige, y para que se entere, él me prometió que cuando regrese me compraría un BlackBerry”. Entonces le diré a tu mamá, agrega el educador. “Menos, ella  sí que menos permanece en casa, el gimnasio, las  amigas, en el salón de belleza, las compras en el supermercado, el spa de uñas y pies, las dietas, no le permiten estar en casa. Entonces, ¿con quién permaneces? La mayor parte del tiempo solo, sola, otras veces en casa de mi abuelita,  o donde mi tía, o con la vecina que guarda las llaves o con otra señora, quien mientras ella lee el horóscopo, yo miro la tele”. Reflexión “Papito y mamita, ¿comprende verdaderamente la razón de la desobediencia de nuestros hijos e hijas? Es sencillamente por la falta de presencia y acompañamiento. No les estamos dedicando calidad de tiempo. No basta comprarles juguetes lujosos, si tú no compartes con ellos. Ahora es el momento de compartir”, concluye Washington Quiñones Moran. ¿Por qué la desobediencia de hijos e hijas? 7 20 abril, 2024 Washington Quiñones Moran, educador. Foto LA NACION ¿Por qué la desobediencia de hijos e hijas? 8 20 abril, 2024 “los padres y madres no les estamos dedicando calidad de tiempo a nuestros hijos. No basta comprarles juguetes lujosos”. Foto Suministrada