Para abril el Gobierno Nacional había descartado una nueva reforma tributaria, pero el viernes pasado dejó claro que en tanto finalice la pandemia en Colombia arrancaría la discusión sobre esta; en el Huila hay múltiples reacciones.
El anuncio sobre una reforma fiscal para el 2021 ha causado fuerte descontento en varios sectores de la ciudadanía, y cayó como ‘baldado de agua fría’ para algunos, que desde ya exponen su voz de rechazo.
Otros, como el senador Rodrigo Lara Restrepo analizan que la enorme depresión económica y el tan abismal déficit fiscal, deja sin alternativa distinta al gobierno.
Y es que la proyección de crecimiento económico del país para el 2020 pasó de estimarse en 3,7% en febrero, a una caída del -5,5% luego de que arribara la pandemia. La deuda por cuenta del covid-19 alcanzaría el 60% del Producto Interno Bruto. Y el déficit fiscal pasaría de -2,5% en 2019, a -8,2% en el 2020.
Pese al panorama, el Gobierno espera un efecto rebote en la economía y que para el 2021 el desbalance entre gastos e ingresos sea del -5,1%; pero esto acarrearía un gran esfuerzo, que ya se veía venir.
Recordó el Senador que en abril “varios analistas y senadores anunciamos que el Gobierno presentaría una reforma a finales de año. Alberto Carrasquilla lo negó, pero el tiempo de hoy nos da la razón”.
Y sostuvo que “una reforma tributaria en sí no necesariamente es mala para la gente, siempre y cuando los más ricos paguen lo que les corresponde. El problema es que en el país, los ricos tienen el privilegio de la exención tributaria, mientras que a la gente común y corriente se le cobra impuestos directos que no distinguen entre ricos y pobres”.
El Senador trajo a colación que esta reforma sería una buena oportunidad para “eliminar los inmensos privilegios y exenciones de que goza la banca, que gana mucho y paga muy pocos impuestos. Se estima que sus exenciones tributarias ascienden a $14 billones”.
Cabe recordar que mientras se anunciaba la reforma fiscal para cuando se superara la pandemia, el viceministro general de Hacienda, Juan Alberto Londoño, también anotó que “en Colombia las personas que tributamos somos muy pocos, yo sí creo que hay una capacidad grande de hacer una discusión”.
Analizar a fondo
Otras voces huilenses como el presidente de la Cámara de Comercio de Neiva, Ariel Rincón Machado, sostienen que todos los colombianos deben ser “conscientes de que se ha hecho un gran esfuerzo desde el Gobierno Nacional”.
Sostuvo que el Estado ha dedicado los recursos necesarios para tratar de menguar los impactos de la pandemia y que en tanto, esta también sería una buena oportunidad para realizar ajustes estructurales, pero que no afecte a las empresas.
Así las cosas, “bienvenido sea, para analizar temas como la evasión y buscar la manera de controlarla, como también el contrabando, hay muchas maneras de aumentar los ingresos del país, pero no necesariamente gravando a los mismos de siempre, desestimulando a los que generan empleo”.
Para el dirigente gremial, se le debe también poner la lupa al pago de impuesto por parte de personas naturales no comerciantes, pues “está demostrado que quienes más contribuyen son las sociedades comerciales”, dijo.
Y rechazó que “vayan a seguirle cargando un esfuerzo enorme a los asalariados; hay que mirar todo con justicia tributaria”. “Hay que considerar que esta pandemia tendrá un costo de sostenimiento del Estado, se deben hacer grandes esfuerzos y tendremos que trabajar mucho en volver al país más productivo y apoyar los emprendedores. Los que menos ganen son quienes definitivamente no deben contribuir”.
El “no” rotundo
Pese a la justificación que ha entregado el Gobierno Nacional, son muchos los ciudadanos que, como el diputado Armando Acuña, se niegan a la reforma fiscal que implica modificaciones tanto en el gasto, ingresos como también en materia tributaria. Manifestó que la medida sería “lesiva para los intereses del pueblo, lo tenemos por experiencia en anteriores reformas tributarias”. Y calificó de “terrible” el manejo que se le ha dado a la crisis sanitaria.
Aseveró que ante la difícil situación el Gobierno Nacional se ha dedicado a “derrochar, es un gobierno derrochón, y no ha entregado soluciones efectivas en los anuncios que dice haber invertido $117 billones atendiendo la emergencia”.
Cuestionó adicionalmente acerca del número de hospitales nuevos que se han construido y sobre cuál es la población atendida; “aún hoy, en Huila, hay muchas familias que no pertenecen a los programas sociales y no han podido recibir ayudas, ¿cuál ha sido la transferencia que le ha entregado a los municipios? Ha entregado es responsabilidades a los municipios y departamentos, pero no ha habido transferencia en ayudas para atención de la emergencia”.
Pese al descontento por parte de algunos sectores y las prevenciones por parte de otros, el Ministerio de Hacienda ha indicado que con la reforma fiscal deberán ingresar cerca de $20 billones a las arcas del Estado.
Durante el 2020 y por cuenta de la pandemia los sectores que más se desacelerarán son comercio (-11,2%), construcción (-16,1%) y arte, entretenimiento y recreación (-28,2%). Por otro lado, el consumo de los hogares y la inversión caerían 5,7% y 17,7%, respectivamente, y el gasto del Gobierno, crecería 4,1%.
Medidas extremas
- Como resultado de la magnitud del choque macroeconómico que experimenta actualmente el país, y la necesidad de utilizar la flexibilidad permitida por la ley 1473 de 2011, el Gobierno decidió suspender la Regla Fiscal para los años 2020 y 2021.
- A la fecha, además de Colombia, más de 20 países con diversas calificaciones crediticias han flexibilizado sus metas fiscales a raíz de los efectos de la pandemia.
- La estrategia fiscal del Gobierno nacional establece que se retornará a la senda de déficit fiscal consistente con los parámetros establecidos en la regla fiscal a partir del 2022.
- El programa determina que en el año 2021 se llevará a cabo un ajuste sustancial del déficit fiscal, desmontando buena parte de los gastos extraordinarios de la emergencia. Así mismo, fija las metas de déficit de 2020 y 2021 (8,2% y 5,1% del PIB, respectivamente) que son un ancla de la política fiscal.
¿Qué pasará en el 2021?
- El escenario macroeconómico para 2021 presenta una inusual incertidumbre, asociada al desconocimiento sobre la duración y profundidad que pueda generar la pandemia del covid-19 en la salud, el tejido empresarial, las relaciones laborales y el sistema financiero.
- En el escenario central, se espera que en 2021 el grueso de la economía retome sus actividades, una vez se disipe el choque asociado al COVID-19, permitiendo un rebote de la actividad productiva hasta alcanzar niveles del PIB similares a los de 2019. Lo anterior implicaría un crecimiento económico de 6,6%, resultado que estaría condicionado a que el estado de los balances financieros de las empresas les permita financiar su capital de trabajo y, en particular, reabsorber la mano de obra.
- Los fundamentales macroeconómicos que determinaron el crecimiento de 2019 y los primeros meses de 2020 no se deberían ver afectados por la pandemia, y deberían seguir impulsando el crecimiento en 2021. Estos incluyen una política tributaria amigable con la inversión, una mayor fuerza de trabajo por cuenta del stock de inmigrantes, expectativas de inflación cercanas a la meta, que dan espacio para una política monetaria expansiva, y un sistema financiero sólido.