La Nación
Presidente Petro: ¿Hay algo que debamos saber? 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Presidente Petro: ¿Hay algo que debamos saber?

Podrán decirse muchas cosas sobre la entrevista de José Manuel Acevedo al presidente Petro en la Casa de Nariño, emitida el pasado domingo en el canal RCN a las ocho de la noche, menos que no fue buena. Buena pese a lo insulsa que resultó a ratos; buena pese a los cortes de la charla, muy editada, queriendo denotar despreocupación para insistir en los temas álgidos por parte del joven y buen director de Noticias RCN, como indicando que no había más para saber. Aunque esto daría para apreciar que no fue un buen trabajo periodístico justamente por lo que no apareció ni se dijo, fue buena porque dejó a la luz del día la necesidad latente de sonsacar verdades al líder de la izquierda, hoy presidente de Colombia, quien funge más como lo primero que como lo que debe ser para bien del país. También porque mostró imágenes que desdicen los partes de tranquilidad del postulante a nobel.

Por ejemplo, prendados por su caricia amorosa a la ‘Paloma’ de Botero, quedamos en veremos para tener respuestas claras sobre el magnánimo gesto (amnistía) de convertir en gestores de paz a esa horda de delincuentes criminales de la primera línea. Por ejemplo, tras su saludo confianzudo pero algo tímido (¿forzado?) a las uniformadas empleadas domésticas de palacio, no supimos finalmente si acompañará o no a la ministra Corcho en su ansia por destrozar el sistema de salud.

No creo que el acucioso periodista se haya prestado para hacerle el mandado de simular vigoroso a un Petro disminuido tanto en su salud y físico, como en su talante de líder y rol de dueño de casa, mostrando que su ideario sigue en el mismo papel de campaña perpetua, con enormes dificultades o carencias para gobernar su materialización.

Asombra el deterioro del primer mandatario arriesgando especular un diagnóstico más severo que EPOC, muchísimo más grave que una simple “tosecita” heredada de una emparamada en provincia, con todo y foto. Se ahogó tantas veces que con angustia ajena debimos ser muchos haciendo fuerza para que no se ahogara con un acceso severo de tos y expectoración.

¿Hay algo que debamos saber sus compatriotas sobre su salud, señor Presidente? ¿Su incurable incumplimiento, ya proverbial, es causado por algo más grave que la ‘tosecita?

Es su deber, por lealtad, empeñar su palabra con su salud.