La Nación
¿Protestar por protestar? 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

¿Protestar por protestar?

Por: Javier Cabrera

 

Siempre he creído en la importancia de la protesta, es más, en 1.989 con universidades públicas y privadas a raíz de los hechos de violencia de la época, y de la desconexión de la clase política con el país, lideré la organización de una marcha conocida como “La marcha del Silencio”, una marcha en la que los actos vandálicos y la destrucción fueron los grandes ausentes, más de 20 mil jóvenes de la época marchamos en silencio sin ‘madrazos, insultos e improperios’. Protestábamos y mostramos con nuestro silencio inconformidad, demostramos a los violentos que éramos más civilizados que ellos, a los políticos que los jóvenes podíamos dar ejemplo de trabajar por los intereses reales de un país, y a Colombia que las cosas debían y podían cambiar si nos poníamos de acuerdo en ese propósito como país. De esa marcha surgió el movimiento de la Séptima Papeleta en la que los colombianos votaron para cambiar el Congreso y la constituyente del 91, dos logros importantes para el país. Lo logramos, jóvenes de 20 y 25 años, sin tener que recurrir a la violencia, entendiendo que el camino en una democracia no es acabarla, es fortalecerla, reestructurarla y adecuarla sin demeritar, dañar o afectar a otros colombianos.

Pero existen quienes justifican la violencia en la protesta, como única opción para ser escuchado. Otros bajo el mismo argumento, manipulan incautos que cansados de la situación del país y del abandono del estado para con ellos, terminan convirtiéndose en títeres de personajes con simple ambición de poder.

Pensar que la violencia es la forma de hacerse escuchar en un país con 50 años de historia violenta, anquilosado en el subdesarrollo por la misma razón, es absurdo. Si los argumentos son tan fuertes, no existe necesidad de recurrir a destrozar calles, andenes o transporte público.

Un mecanismo para cambiar las cosas, pero que el 60% de colombianos no utiliza, es el voto. Votar por quien se lo merece, dejar el abstencionismo y participar, premiando a los que lo hacen bien y castigando a los corruptos. Pero gran parte de los que protestan nunca votan. Piensan equivocadamente que al hacerlo nada cambiará y que todo seguirá igual, pero todo sigue igual porque ellos no votan. No es protestar por protestar, es hacerlo para transformar, pero con violencia no se logra, se logra es, participando, eligiendo y votando, no violentando.