Lo primero que a uno le advierte la Constitución Política de Colombia es que las entidades territoriales tienen autonomía ¡Que no siga siendo cuento! Porque la autonomía tendría que ver con la autodeterminación que tendría los departamentos y los municipios para decidir también qué hacer con su territorio y con su subsuelo; es decir, que no sea el Gobierno Nacional el que imponga la política en esta materia. ¡Ah!, pero la misma Constitución dice que el Estado es propietario del subsuelo y de sus recursos naturales no renovables, como los de la minería. Es cierto. Pero resulta que eso que llamamos Estado no sólo es nacional (representado en el Gobierno Nacional)), también es regional (representado en el Gobierno Departamental) y local (representado en el Gobierno Municipal).
Por eso, ese concepto del “Estado propietario” hay que desmenuzarlo mejor para que las entidades territoriales tengan realmente autonomía sobre su territorio, propiedad sobre su subsuelo. Esta sí sería una linda tarea para aquellos que llamamos “nuestros representantes en el Congreso”, que reformen la Constitución para entregarle más poder en estas decisiones a departamentos y municipios.
Esta reforma quedaría como anillo al dedo con aquello de “la soberanía reside exclusivamente en el pueblo”. Significaría, que si el pueblo realmente es soberano tendría efectivamente la potestad de decidir sobre su territorio y su subsuelo, en cualquier departamento y municipio donde se encuentre desarrollándose como tal. El “pueblo” no es la élite que tiene el poder en Bogotá, que vive decidiendo qué se entrega, se concesiona o se vende en la periferia. Lo que sucedió en Piedras, Tolima, es una buena muestra del pueblo decidiendo sobre su territorio. Allá, mediante consulta popular, decidieron mayoritariamente que no se desarrollen actividades de exploración y explotación minera. Bueno, esa decisión de esa población no obliga al Gobierno Nacional a que la cumpla pero envía un llamado de atención. Ojalá que esa buena demostración que se hizo en Piedras cunda por muchos municipios y departamentos, ya que el Gobierno Nacional pone en venta y entrega a las multinacionales prácticamente territorios enteros. Por ejemplo, mediante la Agencia Nacional Minera al Huila lo han ido vendiendo más, pues los títulos mineros que han entregado para extraer mármol, oro, platino, cobre, plata… lo corroboran. Digo que lo han ido vendiendo más, porque ya hemos permitido que lo vendan con proyectos como la represa de Betania, la de El Quimbo y las otras que ya están estudiadas para montarlas. Si nosotros, los huilenses, no tomamos el ejemplo que dio Piedras, seguiremos siendo convidados de piedra en el desarrollo de esta región.