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Puja por construcción de parroquia 1 24 abril, 2024
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Puja por construcción de parroquia

Los vecinos del barrio Villa Regina de Neiva están enfrentados, porque unas familias del sector se oponen a la construcción de un templo, el cual se ubicará en un predio de 5.000 metros cuadrados, donde a la vez funciona una cancha de fútbol. Los vecinos del barrio Villa Regina de Neiva están enfrentados, porque unas familias del sector se oponen a la construcción de un templo, el cual se ubicará en un predio de 5.000 metros cuadrados, donde a la vez funciona una cancha de fútbol. Los opositores demandaron al párroco por adelantar las gestiones para erigir la nueva casa de Dios. LA NACIÓN, NEIVA La casa de Dios es la ‘piedra en el zapato’ entre los vecinos del barrio Villa Regina de Neiva. Desde hace cuatro años, la mayoría de las 350 familias que residen en esta zona quieren que en un predio de 5.000 metros cuadrados se ceda un espacio para la construcción de la parroquia de Santa Marta, templo que no sólo servirá para oficiar servicios religiosos a la comunidad del barrio, sino de los sectores vecinos. 3Pero esa intención de fe que han tenido las familias se está frustrando, porque según los líderes comunales, tres familias del mismo barrio se oponen a que se erija la parroquia, argumentando que el lugar donde se levantará es una zona para canchas deportivas y no para el templo. La disputa por la construcción de la iglesia de Santa Marta es tan fuerte que ya llegó a demandas. Según los vecinos, las familias que se oponen a la obra demandaron al párroco Pedro Pérez, quien nada tiene que ver con la construcción, ya que fueron las familias las que solicitaron que permitieran a un sacerdote oficiar misas los domingos en el barrio, al no existir un templo cerca a Villa Regina. Noralba Urquijo Ortiz, vicepresidente de la Junta de Acción Comunal (JAC), dijo que le parece injusto que demanden al sacerdote, cuando él nada tiene que ver con la disputa, “él llegó a hacernos un favor que le pedimos, los de la intención de construir el templo fue la comunidad”. Por un templo El debate de la construcción del templo comenzó hace cuatro años, cuando la comunidad ante la distancia que tenían que recorrer para asistir a misa y otros oficios religiosos, pidieron al párroco de la iglesia de la Divina Misericordia, que le permitiera al padre Carlos Quiceno oficiar ceremonias en el barrio, ante lo lejos del templo. Y así fue. Se permitió que el padre Quiceno oficiara cada domingo la misa de 6:00 p.m. en la Calle 15 con Carrera 43. Según las familias, se sacaba una mesa en la vivienda de Martha Rodríguez, hoy presidente de la Junta de Acción Comunal. “La comunidad creció, la feligresía ya no cabía en la calle, entonces como había un lote que era de Comfamiliar del Huila, vimos la necesidad de establecer allí el altar, que en un comienzo fue de madera donde se realizaban las misas, además se construyó una enramada. Ese lote estaba lleno de maleza, se limpió y a los pocos días aparecieron unas personas manifestando que el predio era para un polideportivo”, indicó Benito Torres Peñaloza, habitante del barrio. Ante la negativa y el reclamo de que no se podían efectuar los servicios religiosos en el lote, la comunidad hizo una reunión donde se acordó realizar una encuesta en la cual se le preguntaba a la gente si preferían el polideportivo o la parroquia, y la respuesta que dio la comunidad era que en el predio se podrían ejecutar las dos obras. “Ante la respuesta de la comunidad, tres personas del barrio demandaron aduciendo que con la obra de la iglesia, aunque aclaramos que no será un templo, sino un espacio ecológico para realizar misas, primeras comuniones, actos de la Semana Santa, se invadía el espacio público, lo cual no es cierto”, indicó Benito Torres. La demanda La comunidad indica que conoció de la demanda por medio de un acto administrativo que expresa que se debe desalojar la caseta que hoy existe para la realización de misas y otros actos religiosos. La notificación llegó el pasado 5 de enero y ahora se realizará un recurso de reposición, es decir, apelarán la decisión, porque sólo se necesitan 800 metros cuadrados de los 5.000 que tiene el lote, para la obra. Los vecinos dicen que encuentran en la resolución del acto administrativo inconsistencias que pueden ser objeto de nulidad, y de comprobarse que esas falencias existen, entablarán acciones penales contra las personas que están detrás de la no ejecución de la obra religiosa. “Lo que nos sorprende es que las personas que no quieren la construcción del templo van a misa a otras partes, pero sí han colocado casetas donde hacen reuniones”, afirmó Tina Celis, ama de casa del barrio. LA NACIÓN buscó al padre Pedro Pérez, para que diera su versión sobre los hechos, y su secretaria manifestó que se encontraba en retiros en Bogotá, a la vez, se indagó por los sacerdotes de la Diócesis de Neiva para que dieran su versión sobre lo que pasará con el futuro de la parroquia de Santa Marta, pero todos se encuentran esta semana en la capital de la República.