La Nación
Putin: Guerra y paz (VI) 1 24 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Putin: Guerra y paz (VI)

Mario  Andrés Huertas Ramos

 

Mientras las tropas rusas se han reagrupado al este de Ucrania, más exactamente en  Severodonetsk y Lisichansk, el multilateralismo estratégico (UE, OTAN, BRICS, G7) se ha puesto a la orden del día en la actual dinámica mundial.

En efecto, Chisinau y Kiev han solicitado su ingreso formalmente a la Unión Europea como un paso diplomático adicional en medio de una fase de desgaste en las hostilidades, tal como lo anunció semanas atrás Jens Stoltenberg (Secretario de la OTAN) luego de llevar más de cien días en estado de guerra.

De acuerdo con Maia Sandu (presidente de Moldovia) las explosiones en Transnistria le ha permitido a su gobierno entender que si Rusia logra un control sobre Odesa, el siguiente paso de las tropas rusas podrá ser sobre su propio territorio, de ahí que para disuadir en parte a Moscú sea clave entrar a la comunidad de naciones europea.

En cuanto al caso Ucraniano, sucede algo similar aunque dicha solicitud ya no está en el campo de la disuasión sino de la contención dada la invasión que viene sufriendo hace cuatro meses. No sobra decir que resulta algo tardío toda vez que Putin había anexado unilateralmente Crimea en 2014 y es un antecedente claro de la actual guerra.

Lo anterior supone un desafío a la Europa de los 27 por cuanto las solicitudes de estos dos países no son las únicas en curso (también lo están: Turquía, Albania, Montenegro y Serbia), además porque el cronograma de ingreso establecido es a largo plazo y, adicionalmente, las condiciones para ser aceptado como Estado-miembro contrastan abiertamente con las realidades de países como Ucrania, Moldovia y Georgia.  No obstante, dada la situación vigente podría apelarse a una suerte de procedimiento “fast track” para tales efectos.

Ahora bien, en lo referente a la guerra de desgaste, la reciente cumbre de la OTAN en Madrid (con Suecia y Finlandia) ha venido a ratificar dicho estado de cosas estableciendo, en su nuevo concepto estratégico a 2030, que Rusia representa la más directa y significativa amenaza a la paz y a la seguridad para el mundo occidental y que, por su lado, China resulta ser el más serio de los desafíos geopolíticos sobre territorio Eurasiático.

Por su parte, Moscú acusó a la OTAN de actuar con ambiciones imperiales usando a Ucrania como pretexto para reafirmar su poder a la vez que promueve un relanzamiento de una “nueva Guerra Fría” en medio del aislacionismo y las más duras sanciones económicas que ha sufrido por cuenta de la invasión. En ese sentido, la reciente asistencia a la cumbre de los BRICS (Brasil, India, China y Sudáfrica) ha resultado un respiro diplomático para Putin.

Resulta útil recordar que, previo a la cumbre de Madrid, la más reciente reunión del G7 que tuvo lugar en los Alpes Bávaros (y con invitados como India, Sudáfrica, Indonesia, Senegal y Argentina) se convocó a fin de revisar la estrategia económica de la guerra en Ucrania y evaluar los efectos de las sanciones económicas impuestas contra el Kremlin.

Así, tal como vamos viendo, desde el 24 febrero, el mundo ha entrado por un camino de transición geopolítica que nos conducirá indiscutiblemente a una nueva manera de entender las relaciones internacionales.