La Nación
¡Qué asunto tan difícil puede ser la paz! 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

¡Qué asunto tan difícil puede ser la paz!

 

Enrique Sandino Vargas

Me encuentro en una casa en la vereda de la Cristalina, en el departamento del Meta. Mi mirada es atraída hacia una de las paredes de la sala en donde se encuentra pegado el horario de clases de un colegial quien semanalmente en su centro educativo cada viernes, antes de su clase de historia, atiende a la asignatura “Catedra para la paz”. Ahora me traslado a muchos kilómetros de allí, al Kroc Institute de la universidad de Notre Dame, y me reúno en clase con un numeroso grupo de académicos provenientes de diferentes partes del globo con el objetivo de estudiar “la paz y el conflicto”. Veo en el niño de la Cristalina y en mis colegas internacionales, a expertos en complejos y particulares contextos estudiando y compartiendo una misma motivación; la construcción de la paz.

Mientras tanto, Colombia continúa dando tumbos en la implementación de un proceso de paz que ha sido amado y odiado, lo cual no sorprende, pues indudablemente paz y guerra van y vienen tomadas de la mano. Es como durante el encuentro internacional para la implementación del acuerdo de paz, del pasado 26 de septiembre, afloraron señalamientos de parte y parte, acusaciones de falta de liderazgo y voluntad por parte del actual gobierno, y falta de planeación para la implementación por parte del gobierno anterior. La violencia, fuertemente arraigada en nuestra historia, no se quiere marchar y es afianzada por ideas de líderes incendiarios que polarizando al país han logrado tal alcance, que hasta en los pasillos se pueden escuchar voces de algunos que justifican las numerosas masacres y asesinatos de los últimos tres años. No va a ser fácil lograr la paz, pero se requiere voluntad.

Un buen principio, como muestra de respaldo a dicho proceso hubiese sido ocupar y devolver la productividad a las tierras liberadas por las FARC, pero no se hizo, y ahora allí se encuentran disidencias y otros grupos al margen de la ley. El proceso seguirá contando con amigos y detractores, pero lo positivo es que, de cualquier forma, hace ya casi cuatro años comenzó a andar y siendo constructivos es fundamental asumir su existencia como la manifestación de un gesto de paz. La historia del conflicto colombiano y su violencia, solo sobrepasado en duración por otros conflictos como el israelí-palestino y el indo-pakistaní, ha sido escrita durante más de siete décadas. Es decir que escribir la historia de la paz colombiana va a demandar mucho más que eso, el doble o el triple del tiempo. Apenas estamos en la fase del post-acuerdo, lo que nos brinda, como ciudadanos de a pie una gran oportunidad. La cotidianidad nos permite asistir a múltiples diálogos en donde si bien se evidencia que estamos polarizados, también se puede evidenciar la riqueza de las ideas que podrían propender para el mejoramiento en donde se requiera, para que entre todos encontremos la vía más expedita hacia la paz.

¿Usted aporta a la paz? ¿Se lo ha preguntado alguna vez? Podríamos aprender tanto de ese niño de la Cristalina. ¡Cómo nos hace falta estar educados para la paz!

Para los estudiosos un libro recomendado: McEvoy-Levy, S. (Ed.). (2006). Troublemakers or peacemaker: Youth and post-accord peace building. University of Notre Dame Press.

*Investigador en el CeFEO, Centre for Family, Enterprise and Ownership, Jönköping, Suecia.

enrique.sandino-vargas@ju.se