La Nación
¡Que descansen! 1 24 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

¡Que descansen!

José Manuel Acevedo M.

Recuerdo a un expresidente de Colombia decir que cada vez que había un viaje internacional, siempre ocurrían cosas en el país que ameritaban comentarios de la gente: “hubo un derrumbe en tal vía y el presidente de vacaciones”; “el país incendiándose (por alguna protesta de momento) y el presidente viaticando en euros”; “la gente muriéndose de hambre y el presidente dándose la mano con otros igual que él en la ONU”…como si los problemas del mundo pudieran solucionarse teniendo a un mandatario clavado en su oficina, ocho días a la semana, 24 horas sin parar.

¿En qué momento habremos asumido que un alcalde, un gobernador o un presidente son buenos porque vayan a su despacho todos los días incluyendo sábados, domingos y festivos? ¿A qué horas se volvió un indicador de eficiencia el hecho de que las personas duerman poco, trabajen continuamente y no pidan vacaciones? ¿No será que es peor tener a un mandatario todos los días durante cuatro años, presencialmente en su oficina, pero fundido o con ‘fatiga de material’ en vez de permitirle cada año que se ausente durante diez días, sin dejar vacío de poder pues existe un equipo de confianza que queda al frente de la ciudad, el departamento o la nación?

Además, ninguno de los alcaldes o alcaldesas que se están tomando esos días de permiso lo están haciendo contra la ley. Existe una reglamentación que se los permite. Peor es el caso del Presidente que ni en la Constitución ni en la ley tiene regulada la posibilidad de tomar vacaciones y eso, claramente, debería cambiar.

Los mandatarios, todos, tienen derecho a cansarse y, por consiguiente, también a descansar. Ahora bien, que decidan hacerlo en un momento del año o en otro, es parte del debate que se ha planteado por estos días en ciudades como en Bogotá o también en Bucaramanga.

Muchos de los críticos de los días de vacaciones de la alcaldesa Claudia López o el alcalde Juan Carlos Cárdenas cuestionan si en una coyuntura como ésta de preocupantes picos y ocupación de las UCI debieron haberse ido. Yo me pregunto: ¿y entonces cuándo, mejor que ahora?… ¿en unas semanas cuando se inicie el proceso de vacunación? ¿en algunos meses cuando la marcha del país requiera de su concentración en el necesario proceso de reactivación de la economía? ¿no tienen derecho a un respiro –legal, además– después de un año realmente desafiante para todos? ¡Que descansen!… los necesitamos mejor que nunca, no en estos primeros días del año sino en el resto que vienen porque estoy seguro de que no tendrán tregua.