La Nación
¡Que Dios nos coja confesados! 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

¡Que Dios nos coja confesados!

Por: Francisco José García Lara
En Colombia están aterrados algunos analistas porque la economía crece pero el desempleo no baja, contradiciendo la obsoleta teoría económica que afirma que la manera de generar empleo y garantizar el bienestar de los ciudadanos es hacer crecer la economía.
En nuestro país nos enorgullecemos del crecimiento económico superior al promedio de la región, pero no tenemos en cuenta que ese crecimiento se debe a sectores como el financiero (5%), información y comunicaciones (4%), comercio, transporte y alojamiento (4.4%), y de estos únicamente el último es un efectivo generador de empleo.
En el lado opuesto se encuentran la agricultura (1.7%), la construcción (-2.4%) y la industria manufacturera (1.7%), es decir que los sectores que más pueden generar puestos de trabajo tienen un crecimiento mediocre e inferior al promedio de los otros.
La conclusión es evidente, la economía crece pero no para el beneficio de toda la población ya que hay unos enriqueciéndose de manera descomunal, sin que esa riqueza sea necesariamente transformada en empleo. Para otros como la clase media ese crecimiento no implica cambios mayores, al contrario, con la excusa de atraer inversión extranjera y generar empleo se disminuyen los impuestos a las empresas pero se han elevado los tributos de empleados y trabajadores independientes. Mientras tanto, a los pobres se les reparten subsidios, todos los gobiernos están empeñados en reducir los niveles de pobreza de esa manera.
No hay entonces ninguna razón para declararnos sorprendidos o aterrados porque los resultados sean diferentes a los esperados por las cifras económicas que tenemos, lo que está pasando es lo obvio en un mundo manejado por los economistas que se olvidaron de lo mas importante: el ser humano.
Tenemos un par de espejos para mirarnos, el primero es Venezuela donde el capital petrolero se lo repartían entre unos cuantos hasta que apareció un populista disfrazado de socialista, y con la promesa de acabar con esa situación, los llevó a los resultados que hoy conocemos.
El segundo es Chile que nos lo han vendido como el gran ejemplo de desarrollo económico, lo cual fue contundentemente desvirtuado por los hechos de la semana pasada que evidencian la inconformidad social, no obstante los indicadores económicos que no justificarían ningún tipo de protesta.
Mirémonos en esos dos espejos y entendamos que es hora de dar un viraje en Colombia para no permitir que siga creciendo la inequidad, de lo contrario, terminaremos en un levantamiento social o en manos de un populista, en cualquiera de los dos casos: ¡que Dios nos coja confesados!
garcia.francisco@javeriana.edu.co