Andrea del Pilar Bautista Perdomo
Neiva ya no es la ciudad intermedia donde de alguna manera en ciertos sectores se podía caminar y transitar sin mayor riesgo; hoy con dolor en el alma debo decirlo, que en todo el territorio neivano se respira inseguridad en las calles. Da tristeza cómo a los transeúntes, deportistas, pequeños comerciantes, les son arrebatadas y de paso atemorizados por la delincuencia común; bandas identificadas por las autoridades pululan por todo Neiva y no pasa nada. Si bien es cierto se realizó la semana pasada un consejo de seguridad precedido históricamente por el Ministro de Defensa, acompañado de todas las fuerzas militares obedeciendo a la convocatoria que hiciera el señor Alcalde Gorky Muñoz Calderón, definitivamente es la inseguridad el fenómeno más grande que desestabiliza un territorio y por ello Insto a toda la comunidad, la autoridad municipal, a la policía metropolitana a poner freno a esta situación. No se percibe mayor esfuerzo, deben volver controles a las comunas más sensibles donde históricamente se conoce que son de alto riesgo; sin dejar de mencionar que, en el centro, el puente de la carrera 5 y el parque de la música entre otros espacios, se volvió imposible caminar; en menos de una semana he conocido 5 hechos de atracos a mano armada a personas muy cercanas. Quisiera saber igualmente cuántos hechos fueron denunciados dada la cantidad de trabas que colocan en el proceso; no hay facilidad para realizar este tipo de diligencias que deberían ser fácil como simplemente interponerlas en un CAI.
Muchos sucesos de estos quedan en la impunidad. Recordemos que uno de los ítems primordiales que debemos tener en cuenta y sobre todo la autoridad ejecutiva del municipio es garantizar una ciudad segura para pensar en atracción de inversión de cualquier tipo. La seguridad es para todo un pueblo sin distingo político, social, económico; necesitamos una Neiva segura donde prime la cultura, el respeto, la solidaridad y sobretodo la unión para poder defendernos. Cabe mencionar que dentro de estos procesos de delincuencia están involucrados muchos menores de edad y pienso que hay que rescatar a estos adolescentes que les ha tocado tener una forma agresiva, violenta y difícil de vida. No más niños en los semáforos, no más maltrato infantil, no más trabajo infantil, ellos necesitan vivir su niñez para que sean hombres de bien y para servir a la sociedad.