La Nación
¿Qué pasa con la Farc? 1 19 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

¿Qué pasa con la Farc?

 José Manuel Acevedo M.

Además de la radiografía que presenta en su última edición la Revista Semana sobre el partido Farc, detrás de la puja interna existe un resentimiento acumulado y profundo en contra de Rodrigo Londoño, Timochenko. Esa tirria tiene su origen en varios factores.
El primero es que, a diferencia de muchos dirigentes más doctrinarios, el líder máximo de la exguerrilla asumió una conducta más dócil y terminó, para muchos, entregado al establecimiento. Su conexión con Enrique Santos, en momentos difíciles del proceso y su actitud siempre proactiva frente a la reincorporación de sus hombres, provocaron las primeras dudas de algunos de sus compañeros de cúpula. Hace unas semanas, Andrés Paris, le decía con notable resentimiento al periodista Jairo Tarazona de RCN Radio que “todo el mundo ha hecho plata menos los que se jugaron la vida en el proceso (…)ahora vemos a Timochenko regodeándose con Juan Manuel Santos cuando el santismo comenzó la perfidia del incumplimiento”.
El segundo factor que incidió en la división interna, tiene que ver con la actitud de “Timo” frente a las investigaciones del entonces fiscal en contra de Jesús Santrich e Iván Márquez.
Tal vez presintiendo lo que se vendría o sabiendo que lo que se decía era verdad, Timochenko habló de “responsabilidades individuales” y evitó defender a sus excamaradas. Eso, por supuesto, agrietó más las divisiones.
Pero un último factor tiene que ver con el hecho de que varios de los excomandantes sienten que lo harían mejor en el papel de máximos líderes del partido Farc. Creen que podrían cantarle la tabla al establecimiento y que la condescendencia de Londoño no los llevará a ningún lado. Nada distinto a lo que pasa en otros partidos, solo que con un pasado tan reciente de violencia y con un grupo disidente ya establecido, la opción de rearmarse se convierte en un riesgo real.
De hecho, informes de inteligencia oficial, dan cuenta de que una importante mujer que hoy hace parte de esa colectividad y ostenta un cargo significativo podría terminar deslizándose a ese grupo comandado por El Paisa, Santrich y Márquez lo que agravaría más el fenómeno de la deserción y mandaría un pésimo mensaje a a las bases.
La Farc no se ha salvado de los vericuetos de la política. Tendría que estar hecha de robots para eximirse de estos percances. Sin embargo, lo que ocurra con ese partido debería importarnos a todos por las consecuencias que ello tiene y la fragilidad que se advierte desde afuera, ciertamente inquieta mucho.