La Nación
COLUMNISTAS

¿Qué pensaba?

Sábado 24 de diciembre, 4 de la tarde, carrera sexta con calle octava de Neiva, un motociclista se pasa el semáforo en rojo, quienes veníamos cruzando en luz verde debimos maniobrar para no atropellarlo. El hombre pretendió seguir impávido su ruta, pero a pocos metros se encontró con un guarda de transito que lo detuvo.

Quedé entonces reflexionando: ¿Qué pasaba por la cabeza del transgresor cuando decidió pasar el semáforo en rojo y asumir el riesgo de sufrir un accidente?, ¿sabe que el chasis de la moto es su cuerpo y por tanto cualquier choque le puede generar lesiones graves?, ¿tenía alguna urgencia y por eso decidió ignorar la luz roja?

En Colombia, según estadísticas de Medicina Legal, cada día mueren en accidente de tránsito siete motociclistas, lo que al multiplicar por los días del año nos da como resultado que un poco más de 2.500 ciudadanos fallecen por esta causa, la mayoría de ellos jóvenes y mujeres que van de parrilleras.

Nuestro país ha aplicado variadas estrategias para reducir estas dolorosas cifras, pero nada parece funcionar, a diario y en todas las ciudades somos testigos de las maniobras temerarias de los motociclistas. Así mismo, con cierta regularidad nos encontramos con accidentes que involucran este tipo de vehículos.

Queda entonces la inquietud sobre lo que se debe hacer: cámaras de foto multas sugerirán algunos, eso es fomentar un negocio antes que una estrategia para evitar accidentes; multas mayores dirán otros, típica idea alcabalera que poco funciona porque simplemente los comparendos terminan costando más que el vehículo; ser más rigurosos en la entrega de los pases para motociclistas, puede ser una solución en adelante pero no cubre adecuadamente a los que ya conducen estos aparatos; cultura ciudadana, sin duda la alternativa más cercana al ideal.

De todos modos, es difícil encontrar una solución definitiva, mucho más cuando los motociclistas no asumen mayores responsabilidades, luego de un accidente, regularmente quien termina empapelado, pagando patios y respondiendo por los daños es quien viaja en el otro automotor. Cuando es un peatón pasa algo similar, porque la capacidad económica de quien maneja una moto es exigua para asumir los gastos, y el seguro obligatorio, que muchas veces no tienen, también es insuficiente.

No dejo de cuestionarme: ¿qué estaba pensando el motociclista cuando omitió el semáforo en rojo?, trabajo para los psiquiatras, porque algún trastorno mental debe tener quien decide pasarse un semáforo en rojo en una moto en pleno centro de Neiva, a esa hora y ese día.       
garcia.francisco@javeriana.edu.co